"Mala Suerte"

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NOTAS: Y bueno, después de haber escrito varios fragmentos en el grupo "Stony Shippers", decidí que mejor lo escribía y publicaba como se debe.

En fin, los personajes de Marvel Comics son propiedad de sus respectivos autores. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic son propiedad de su respectivo autor.

Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/

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"Mala Suerte"


Si le preguntaran si se arrepentía de sus actos, Tony respondería con un "a veces lo hago". Sin embargo, Stark no se arrepentía de haber tenido aquella noche apasionada con el que había ido su compañero y amigo de batallas, pues gracias a eso, Tony estaba seguro que nunca más se sentiría solo.

Y no, no era porque Rogers lo hubiera aceptado como pareja, eso no pasaría y no precisamente porque no lo deseara. La razón era simple: De esa noche llena de más que besos y arrumacos, nació una linda consecuencia. Consecuencia que Tony ya llevaba esperando ocho meses exactos.

Stark estaba tan ansioso por ya tener a su hijo en brazos, que poco o nada le importaba lo que los Vengadores dijeran de él en las noticias. Pues desde que supo que estaba embarazado, había tomado una enorme decisión: renunciar a ser Iron Man y dejar a los Vengadores.

Stark sabía que en la torre nadie lo extrañaría, lo que es más, después de haber tomado esa decisión, se había ocultado del mundo entero, guardando de manera recelosa su muy evidente estado. Solo Pepper y Rhodes sabían de su paradero y su condición, y siempre iban a ayudarlo en lo que podían.

Desgraciadamente al estar solo y creerse oculto por completo, no vio venir el ataque.

Para cuando Tony se dio cuenta, estaba despertando justo en un extraño lugar con un desconocido frente a él, monitoreando su estado de salud y la de su bebé.

— ¿Quién eres?, ¿dónde estoy? —, preguntó demandante. Con temor guio sus manos a su vientre, ese hombre no le daba buena espina.

—Trate de calmarse señor Stark. En su estado debería mantenerse calmado —, le respondió el extraño con falsa amabilidad —. Dígame señor Stark, ¿conoce Hydra? —

A Tony se le erizaron los vellos de los brazos. Simplemente no podía creer la cantidad de mala suerte que tenía.

Justo cuando había decidido dejar de ponerse en riesgo y hacer una vida normal a lado de su hijo en camino, tenían que raptarlo, peor aún, sus captores tenían que ser precisamente de la organización de Hydra.

—Claro que conozco Hydra, la pregunta es, ¿qué hago aquí? —, demandó saber. Tal vez y solo tal vez, querían su tecnología y a como estaban las cosas en su precaria situación, aceptaría la demanda con tal de que a su hijo no le hicieran nada.

—Usted no se encuentra aquí por su tecnología, si eso es lo que piensa —, sonrió el extraño al ver la mirada de Stark —. Se rumorea que que el hijo que espera es del mismísimo Capitán América, ¿es eso verdad señor Stark? —, con detenimiento, miro el gran vientre del Omega.

Tony juraba que un frío le caló hasta la médula al oír su oscuro secreto. Ciertamente quería ocultar su embarazo del Alfa que lo rechazo, pero también estaba la preocupación de los enemigos de ambos.

Hydra no era de su agrado número uno, así que en sus planes no estaba que la oscura organización se enterara de aquel secreto.

Justo recordó que tenía clases de maternidad ese día, así como tenía planeado comprarle a su hijo aquel tierno mameluco rojo que había visto la semana pasada, pero en su lugar, estaba allí, temiendo por lo que le querían hacer a su bebé.

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora