HEY KITTY | NOMIN | TRAD

CAPÍTULO 33

Alisten los pañuelos
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Renjun abrazó a Chenle en cuanto lo vio llorar.

"Perdón" Chenle sollozó. "Llegué tarde-"

"Sshh, no es tu culpa." Renjun acarició su espalda para consolarlo.

Chenle estaba caminando a casa mientras hablaba con Renjun por teléfono. Se preocupó al escuchar un claxon. Cuando volteó, vio que estaba Jeno tirado en la pista y unos chicos lo estaban golpeando. Al terminar su trabajo, se fueron. Chenle corrió hacia su amigo, pero era tarde.

Jeno se desmayó y el chino lo llevó al hospital.

Chenle lloraba, porque no hizo nada por el miedo que tenía. Se sentía culpable.

En cambio, Jaemin no, no lloró.

Jeno estaba acostado en la cama del hospital, durmiendo. Sonrió forzosamente, aunque estaba muy triste. Esperaba que Jeno, de verdad, esté durmiendo y mañana despierte.

Jaemin se sentó al lado de la cama y sostuvo la mano de Jeno.

"¿Jeno?" Susurró.

El chico no se movió. Con esto, Jaemin rompió en llanto.

"Dijiste que venías a casa. Despierta, vamos a casa juntos."

O por lo menos déjame estar contigo una vez más.

No esperaba que su último día sea así. Creyó que sería un día tranquilo, en el que vería Frozen con Jeno.

Ver al mayor en ese estado le dolía.

Renjun también quería llorar, pero tenía que ser fuerte por los demás. ¿Por qué tendría que llorar? Jeno no iba a morir, ¿o sí? Renjun movió su cabeza de un lado a otro, tratando de convencerse de que Jeno no iba morir.

Jaemin se levantó y limpió sus lágrimas con su manga. "Saldré un rato."

Renjun asintió y dejó que se vaya.

Jaemin estaba cansado, varias cosas pasaron en un día. Tenía dos opciones: se convertía en gato para siempre o se quedaba como era y sufría por siempre. Amaba a Jeno demasiado, por lo que quería estar con él el resto de su vida. Sin embargo, también quería ser libre. Quería caminar sin ser juzgado, no que lo consideraran un fenómeno. Por ello, entre ser gato o ser humano, él había escogido gato.

"Jaemin..." El mencionado alzó su cabeza y vio a la chica con el ceño fruncido.

Forzó una sonrisa. "Hey..."

"Por favor, no pongas esa cara."

Jaemin iba a hablar, pero vio a un grupo de personas entrar al hospital.

"Buenas tardes Sr. Na, ¿viene a visitar a su hijo?" Una enfermera preguntó.

El señor traía consigo cuatro guardaespaldas. "¿Se encuentra mejor?"

La enferma asintió.

"Oye, Nana" La chica chasqueó los dedos para llamar su atención.

Jaemin volteó. "No me llames así, por favor." Ese nombre le recordaba a Jeno.

"¿Sabes? Te puedo dar un día más, una semana, un año..." Jaemin era su amigo más cercano y no le gustaba verlo triste.

"Dame hasta mañana en la mañana."

Ella sonrió. "Lo que quieras."

Era su amiga, pero no quería abusar de sus poderes, no quería depender de ella. Estaba seguro de que quería ser un gato, pero Jeno le estaba haciendo dudar.