Capítulo 2

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A las afueras del Santuario.

Seiya y Shiryu regresaban de Rodorio totalmente ajenos a lo que sucedía en el Santuario.

—Oye Shiryu, ¿De verdad crees que Saori tenga los mismos sentimientos que yo?-. El nombrado sólo rió al ver el rostro preocupado del Caballero de Pegaso.

—Seiya, todos sabemos que entre ustedes hay más que una simple amistad, que ustedes lo nieguen es otra cosa-. Seiya observó las cosas que traían sin detenerse.

Shiryu y Shun le habían aconsejado que tomará valor para declararle directamente el amor que sentía hacía ella, que a él no le importaba que fuera una diosa... él la amaba por el simple hecho de ser quien era... su amor era Saori Kido, no amaba a Athena, la amaba a ella.

—Tranquilo Seiya, todos apoyamos tu decisión y creo que es momento de que ust...

La frase del pelinegro quedo a la mitad, las campanas del Santuario los alertaron. Ambos dejaron caer las cosas, corrieron sin más llamando a sus armaduras y portarlas.

Mientras tanto en la Cámara de Athena...

—¡Señorita Athena!-. Todo mundo la busca dentro de su templo.

No había ningún rastro de ella, pronto el nerviosismo y la falta de poder que hace unos minutos experimentaron lograron que todos se frustaran.

Seiya y Shiryu llegaron poco tiempo después, mientras todos tenían los puños cerrados en señal de frustración, sin embargo, los soldados presentes no sintieron su llegada.

—¿Dónde está Saori?-. La pregunta los alertó a ambos guerreros, el caballero de Pegaso había irrumpido su frustración.

En la mente de todos pasó la misma idea de su paradero...

En algún lugar de Sicilia, Italia.

En un paisaje lleno de rocas volcánicas fue testigo de una luz misteriosa, de ella salieron tres siluetas féminas, eran las amazonas y el cuerpo inconsciente de la Diosa Athena.

—¡Eres una tonta!¿Qué no pudiste ser más gentil?¡Ahora no querrá hablar de mi señora!-. La ojinegra le gritó a su compañera al momento de posar a Athena en un lugar “cómodo”. Ellas se retiraron la capucha que traían sobre sí para ocultarse en el Santuario.

La primera era una hermosa mujer de unos 18 años aproximadamente, tenía un cabello color rosa como una flor primaveral, era de estatura promedio y su piel era tan blanca como la nieve.

La segunda era una joven hermosa, con una apariencia de 16 años, una estatura promedio, su piel color canela que invitaba a ser acariciada, sus ojos color violetas como la bugambilia, el rostro de un ángel.

—No tienes de que preocuparte... sus Caballeros vendrán por ella, haremos un gentil intercambio, Melissa.

Melissa era su nombre, las armaduras tenían más brillo con el resplandor de la noche.

Si querían a la diosa Athena viva y salva... tendrían que dar algo a cambio.

Santuario de Athena, Grecia.

Hace varias horas desde el secuestro de Athena. El Pontífice a cargo era Wizard, Santo de Lagarto se encontraba en una junta con todos los soldados rasos, Santos de Bronce y Santos de Plata.

—¡Se aproxima una nueva Guerra Santa caballeros! Nuestra diosa Athena ha sido raptada por nuestros enemigos y no tenemos ningún indicio de quien pueda ser. Enviaré a algunos de ustedes a una misión de reconocimiento. Pueden retirarse.

Todos los caballeros se retiraron a excepción de Seiya, Shiryu y Hyoga.

—Wizard ¿Realmente no sabemos nada del enemigo?-. Habló Hyoga con su típico tono frío.

—No, pero mandé a llamar a una persona que tal vez sí lo sepa... ¿Alguien de ustedes sabe donde está el caballero de Andrómeda?-.

—Tenía órdenes sobre quedarse en Rodorio por Athena-.

—Muy bien, Hyoga y Shiryu... vayan por Andrómeda, lo necesitamos en el Santuario-.

Los Santos de Bronce se retiraron del templo, en cuando a Seiya se dirigió a un pequeño jardín que junto a su amada habían encontrado hace unas semanas.

Flashback.

—¡Saori! ¿Que hacemos aquí?-.

Hace unos minutos que Saori mando a llamar a Seiya, amablemente le pidió que la siguiera a un lugar que para aquel entonces desconocía. Y lo peor aún... era lejos del Santuario.

—Ya lo verás Seiya-.

Siguió con su andar, hasta llegar a un pequeño jardín. El atardecer se veía deslumbrante con los matices de colores rojo y naranja.

—Es muy bello ¿No crees, Seiya?-. El nombrado la miro extasiado, era hermosa.

Aunque seguia sin entender el porqué él estaba allí, no tenía idea. Pero eso no importaba ¿Verdad? Siempre podía confiar en ella.

No respondió a su pregunta, ambos se sentaron junto al árbol de manzanas que se encontraba a unos metros adelante.

—Cada vez que nos encontremos en una situación difícil, estaremos aquí. Es un lugar único para nosotros dos ¿Lo prometes, Seiya?-.

Ambos se vieron y sus corazones latieron al unísono.

—Lo prometo, Saori-.

Fin del flashback.

Sin darse cuenta, ya había llegado al lugar donde podría expresar todo lo que sentía.

—Esto es una estupidez-. Dijo

—¿Qué es una estupidez, Pegaso?-.

Todo se torno de color oscuro y húmedo, Seiya estaba confundido por el cosmo que sentía, no lo reconocía.

—¿Quién eres?

Un portal apareció frente a él, de ahí salió una silueta... Melissa.

—Mi nombre es relevante, sólo vengo a decirles que si quieren a su Diosa en buen estado me darán algo a cambio.

—¿Qué es lo que quieren?

—Solo queremos el pergamino que hable sobre nuestra diosa Perséfone y no tendrán problemas—. Dijo fingiendo indiferencia.

Seiya había oído sobre esa diosa, pero no lograba recordar del todo, “Ojalá hubiera puesto atención a las clases de Marín” pensó Seiya.

—Y no queda mucho tiempo, adiós Seiya.

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Hey! Perdón por la ausencia :c , prometo compensarlas... actualmente cambie la trama y tuve que volver a escribir los capítulos (?

Bueno, pero de ahora en adelante seguiré activa... Adiós ✌

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⏰ Última actualización: May 13, 2019 ⏰

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