Capítulo 1
"De ti o Belén Efrata, no eres la mas pequeña de los Príncipes de Juda, ya que de ti provendra un pastor de mi pueblo, quién será el soberano en Israel y su advenimiento es desde el principio, desde la eternidad."
Miqueas 5:2~~~~~§~~~~~
Me llamo Jorge, tengo ochenta y un años, soy geólogo y trabajé por muchos años en el sector petrolero.
Al tener una buena posición económica, pude realizar mi segunda vocación que es la arqueología.
Me apasionaba investigar por mi cuenta todos los secretos de la humanidad.
En mi afán por querer indagar, descubrí que Lewis Carroll, el autor de "A través del espejo y lo que Alicia encontró allí", en realidad no escribió un cuento, lo que hizo fue contar una historia.
Cuentan que Lewis tuvo la información sobre la existencia de un espejo, que por lo visto tenía la capacidad de trasladar a otros mundos y realidades, a aquel que lo atravesara.
Mientras diseñaba un proyecto relacionado con mi trabajo, en el Reino Unido, aproveché en mis ratos libres, para investigar y tratar de encontrar algún indicio del famoso espejo mágico.
Llegué a un lugar, lejos de Londres, era un pueblito muy chico y con habitantes reacios a dar algún tipo de información.
Después de recorrer el pueblo y sin encontrar indicio alguno del famoso espejo, me vi obligado a volver.
Mientras me dirigía hacia el automóvil, un viejito se cruzó en mi camino y me dijo susurrando:
-¿usted está tratando de encontrar el espejo embrujado?
Yo le respondí:
-Si ...¿tiene algún dato que me pudiera servir, para encontrarlo?
El viejito me dijo con un tono de advertencia:
-Mire jovencito, ese espejo es peligroso, ¿sabe con lo que se va a encontrar?, ese artefacto endemoniado, se llevó a mi hijo.
Todos creen que estoy loco, pero no, no estoy loco, yo lo vi con mis propios ojos.
Ante semejante declaración, traté de darle tranquilidad diciéndole:
- Mire buen hombre, si me dice donde se encuentra, trataré de ayudarlo en lo que pueda
El anciano me miró esperanzado, con los ojos llorosos y me dijo:
- Sigame , lo voy a llevar al Castillo, donde se encuentra el espejo, Dios nos proteja.Seguí al anciano con bastante incrédulidad, sinceramente nunca pensé que todo terminaría, como terminó.
Nos internamos dentro de un bosque espeso y luego de una caminata bastante prolongada, el anciano me dijo:
-Prepárese, que estamos muy cerca...
Habiendo terminado de decir eso, comenzamos a ver, a lo lejos, un castillo notoriamente abandonado.
Cuando llegamos, el anciano me dijo:
-¿Está seguro de entrar?
Yo le respondí, con mi soberbia de científico escéptico:
-Quedese tranquilo, vamos a encontrar una respuesta lógica a todo este asunto.
Nos internamos dentro de la edificación y sinceramente, pensé que corriamos peligro, ya que, el estado del estructura era calamitoso .
De pronto nos topamos con una gran puerta, que llamativamente era de granito rojo, con inscripciones Egipcias y Sumerias.
El anciano muy temeroso me dijo:
-Detrás de esta puerta se encuentra el espejo embrujado.
Yo le dije :
-Quedese tranquilo, que todo va a salir bien.
Abrimos la puerta, que se deslizó con mucha suavidad y nos encontramos con un marco vacío, sin espejo, en realidad más que un marco de espejo parecía un arco decorativo de tres metros de altura y dos de ancho, de forma ovoidal, con muchas inscripciones.
Me llamo la atención que las inscripciones no parecían ser talladas a mano, más bien, tenían la apariencia de
ser hechas por láser.
Entonces le pregunté al anciano :
-Buen hombre, dígame ¿el espejo se rompió?, ya que, sólo veo un arco vacío.
El anciano me dijo, con la vos entrecortada:
-Eso está embrujado, con sólo tocarlo y repetir esa frase en sumerio, aparece un espejo.
Yo verifique si era verdad lo que me dijo el hombre y para mi sorpresa, tenía razón, efectivamente era lenguaje Sumerio antiguo, por suerte, al ser arqueologo lo podía leer.
Repetí la siguiente frase, AR - ME - IN - KU - TA - RA, le dije al anciano, ya lo dije y no pasó nada.
Cuando me alejo del arco, se comienzan a escuchar chispazos y de los puntos donde estaban los símbolos sumerios salen rayos al centro del arco, parecía una exhibición de Nicola Tesla, hasta que de pronto, aparece algo similar a un espejo, pero más bien, parecía ser liquido.Viendo semejante prodigio, me acerco para examinarlo mejor y siendo arqueólogo, era consciente de que estaba en presencia de algo que podía revolucionar todo.
Era de tal magnitud el descubrimiento que las estructuras ortodoxas, caerían por su propio peso.
La historia tal como nos la contaron tenía que ser reescrita.
Para mi era algo que podía resolver muchas de las incógnitas de la humanidad.
El anciano me dijo que no me acerque, porqué, sería tragado por el espejo, obviamente, no le hice caso, le pregunté al anciano:
-¿que hizo su hijo después de repetir las palabras?
El anciano me dijo:
- Pidió ir a la ciudad de Belen, dijo una fecha, veinte de junio del año 0, según nos regimos en esta civilización, dicho esto tocó el espejo y lo atravesó, luego esperé, pero nunca volvió.
El espejo se apagó, luego de un par de dias, yo lo esperé igual, pero, nunca regresó, pasaron quince años, yo cada tanto vengo y tengo la esperanza de que vuelva.Yo le dije:
- voy a cruzar...
Repetí las mismas palabras y crucé
De pronto salgo por un espejo de iguales dimenciones, pero en otro lugar, estaba dentro de una cueva, al salir me encontré con un panorama totalmente diferente, me pregunté ¿estaré realmente en Belén?
No pasó mucho tiempo, para darme cuenta, que efectivamente estaba a kilómetros de mi punto de partida y por lo visto en la época donde nacería Jesucristo.
Mientras caminaba me crucé con algunos habitantes del lugar, entonces, procure conseguir ropas de la época, ya que, llamaba demasiado la atención.
Mi hebreo era pobre, pero, me hice entender bastante bien.
Una chica que estaba embarazada, muy joven, no llegaba a los dieciocho años, me preguntó si vine por el "censo romano" y yo le dije que no, que sólo estaba de paso.
Unos minutos más tarde, se aproxima un hombre de unos treinta años y le dice a la chica, que no consiguió un lugar para descansar, que estaba todo ocupado.
Mi emoción ante semejante similitud con los hechos relatados en la Biblia, hizo que preguntara casi desesperadamente :
-¿Como se llaman?
El hombre me dijo :
- Me llamo Yosef y ella es mi esposa Miriam.
Yo les dije, ante mi sorpresa y admiración:
-Me llamo Jorge y viendo el estado de Miriam( María en hebreo) si quieren los alludo a conseguir un hospedaje, Ustedes descansen, que yo me encargo...