"Lista de cosas por hacer" [F]

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Y en blanco.

El pelinegro no sabía que pensar, la situación se había vuelto... tal vez todo lo contrario a lo había esperado, estaba seguro que todo sería tan rápido como un "no, fuera de mi vista", pero claramente, las cosas no eran así.

El rubio había dado justo en el clavo, quien sabe como, cuando, o de donde sacó todo aquello que volvía a Fred una persona "blanda", pero, si ponerlo entre la espada y la pared era lo que quería, pues lo había conseguido.

Sabía que ese dinero podría ser de gran ayuda, su hermano estaba a solo un año para terminar la secundaria y ese dinero podría ayudarlo en un futuro a hacer grandes cosas como le prometían sus grandes capacidades, el dinero no debería ser una limitación para surcar los cielos.

Fred miró un poco dudoso al contrario, del cual no podía sacarle absolutamente nada, debido a que sus expresiones siempre eran nulas, pero muy dentro de si, sabia que se estaba regocijando en su éxito. Fred suspiró y miró la servilleta una vez más.

-yo... no estoy seguro...- el rubio se exaltó, no era la respuesta que esperaba

-¿disculpa?- el pelinegro se aclaró la garganta y miró al rubio con determinación

-es decir, no te conozco en lo absoluto, no se que mañas tengas como para poder aceptar algo asi- el rubio frunció el ceño

-no necesitas conocerme para nada Emas, estamos hablando de negocios, con mi nombre tienes más que suficiente- Fred suspiró.

Esa gran cantidad de dinero podría serle de gran ayuda, podría hasta vivir 4 veces mejor de como vivía ahora, pero... arriesgarse a si mismo no lo valía en lo absoluto

-oye, en serio agradezco tu oferta, pero estoy seguro de que no necesito algo como esto, así que lo lamento, pero me niego- el pelinegro dobló la servilleta e intento entregárselo al rubio, que a pesar de estar sorprendido por dentro, no cambiaba su fría expresión

-¿estas seguro? Oportunidades como estas no se dan 2 veces en la vida- dijo este mientras rechazaba la servilleta

El pelinegro soltó un suspiro y miro nuevamente la servilleta, era una gran oportunidad, ¿pero valía la pena?

-yo...- Fred no sabía que contestar, temía estar cometiendo un error, pero también le asustaba el hecho de aceptar algo de semejante magnitud, el rubio suspiró

-quédatelo, te daré 3 días para que pienses tu respuesta definitiva, ahora tienes muchas cosas en las que pensar- este sacó su billetera y dejó un billete de €500 en la mesa- quédate con el cambio- dijo este para después levantarse de su asiento.

El rubio salió tranquilamente del lugar, dejando al pelinegro pensando por un buen rato, no estaba seguro de lo que había pasado, pero el rubio tenía razón, tenía demasiadas cosas en las que pensar.

-oye, ¿estas bien? ¿te dijo algo ese tipo?- preguntó su compañero un tanto preocupado, sacando del trance al pelinegro

-ah, si, es solo que...- este se levantó de su asiento

-sabes, mejor ve a casa, no creo que nadie más venga el día de hoy- el pelinegro negó la cabeza

-claro que no, donde la bruja vea que me fui, ¡ja!- su compañero le entregó sus pertenencias

-anda, yo te cubro- el pelinegro suspiró y mostró una media sonrisa.

Después de agradecerle a su compañero el gesto, se dirigió a la estación para irse a casa mientras que su cabeza no dejaba de dar vueltas a aquel asunto.


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