Día con día el buzón de cartas fue llenándose con muchísimas cartas y alguno que otro dulce para el día 14 de febrero que rápido se acercaba, claro que como eran demasiados estudiantes, fue necesario crear otro buzón para que así todos tuvieran la oportunidad de mandar una carta.
Jimin duró tres días en los cuales pasaba todo el tiempo de su descanso en el jardín, observando aquel buzón. Tenía un dilema demasiado fuerte ¿le escribiría algo a Tae?
Porque sí, Tae, ¿a quién más? Era al único que se le vino a la mente desde que avisaron de aquel buzón y donde lo pondrían, sí, el mismo día que Taehyung había dicho que era una estupidez.
Era el último día para meter cartas, pero Jimin aún lo seguía pensando. ¿Lo haría?
Su último pensamiento que pasó fue que Taehyung sabría que había sido el y claramente se burlaría, o haría cualquier otra cosa para avergonzarlo o hacerlo sentir mal. Así que sus ganas se fueron por completo, sólo suspiro y muy decepcionado de sí mismo caminó hacía la salida del jardín, pero fue muy tarde para hacerlo, su vista se fijó en algo que claramente lo detuvo.
Taehyung.
Con su semblante tan serio como siempre y su postura recta, era el, parado frente al "ridículo buzón de cartas".
La posibilidad de que estuviera ahí para meter alguna carta, era casi.. Imposible; así que, ¿qué hacía ahí? Probablemente para burlarse.. O ¿lo destruirá?
Jimin comenzaba a prestar demasiada atención, pues, probablemente Taehyung se metería en problemas y Jimin estaría ahí para ayudarlo no importa lo que haga.
Se veía pasivo, se notaba nervioso y avergonzado, tenía sus mejillas rosadas y su mano le temblaba. Su mirada se dirigió a su mano, la cual agarraba algo con fuerza. Tenía una carta. Golpeó su cabeza con su otra mano desocupada, y enojado consigo mismo intentó abandonar el lugar por vergüenza, cabizbajo.
A unos cuantos pasos se detuvo, miró atrás y le dio un último vistazo al buzón desde lejos.
Es muy tonto para darse cuenta. Habló en su mente, Taehyung.
Dio media vuelta y sin pensarlo más, metió aquella fina carta al buzón. Caminó de regreso calmado para donde su aula.
Esperen, Taehyung había escrito una carta, para alguien, tal vez anónimo, o tal vez no.
¿Esto realmente estaba pasando?
Park Jimin tomó un bolígrafo y su cuaderno de notas.
