El Ying y el Yang [Yuri]

Prólogo

Tal vez te percates de esa sensación en tu corazón que puede lograr un vacio dentro de ti. Aquella que es tan sencilla pero a su vez tan compleja. Algo que todos en algún momento sabemos de su presencia, y a veces queremos que desaparezca o simplemente que no afecte tanto...

Esa sensación se le llama soledad, esa misma que tanto me perturba. Y no solo tengo la certeza de que cada mañana esa misteriosa dama me abraza, sino que también siento mi propio miedo de no saber como despegarme de ella. Por momentos, aún intento aprender como hacer para que sus garras ya no me retengan.

Por suerte hay cosas que despejan mi mente, dejando con libertad que mi alma este tranquila, siendo por fin yo misma. Una joven de 15 años que porta el nombre de una flor tan bella, Rose. Según los demás, soy tan hermosa como esa flor, pero según yo, solo me veo reflejada en sus espinas. Mi cabello es castaño, largo hasta mi cintura, mis ojos celestes como el cielo y mi cuerpo es normal, no tiene nada en especial, solo aquellos hoyuelos en mis mejillas que salen cuando sonrío o pequeños lunares repartidos por toda mi piel clara.

¿Les puedo contar un secreto? Hay algo que puede debilitar mi sentir tan triste. Sigue ahí, pero no es tan fuerte. Más bien, no es "algo" lo que lo desvanece, es un lugar y las personas que lo conforman con toda su luz. Raro, pero cierto.

Es mi instituto de inglés, junto a los alumnos y la profesora, sobre todo ella. Enseña con tanta pasión, me mira con tanta calidez al explicar que es casi imposible sentirse tan mal a su lado. Gracias a mi interés, me obligué a ir este año. Relacionarse socialmente no es mi fuerte pero el idioma valía la pena. Además...
¿Quién iba a pensar que de esa forma iba a conocer al amor de mi vida?