Realidad.

151 5 1
                                    

Y como siempre, sostienes tu absurda postura errónea de perfección intacta; porque tú no tienes la culpa, nunca te equivocas. Siempre sales triunfante, mientras yo te miro desde abajo, callada, sumisa.

Ni un perdón, tampoco una disculpa... Jamás asimilas lo que hiciste mal, porque ahí estoy yo, para ser tu recurso de escapatoria, tu salida de lo negro para que veas sólo blanco.

No soy tu culpa. Tú eres tu propia carga, tus errores, tus lamentos.

No soy tu cuaderno de notas, para que transcribas tus pesares y dolores.

No soy tu piedra, sino tu camino. Me gustaría que notaras, que cuando caminas, no soy el impedimento que provoca tu tropiezo, sino, el rumbo que retornas para seguir.

No soy palabras hirientes. Soy la realidad, que no quieres ver.

Mis recuerdos y un té frío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora