Imagine living like a king someday (Larry Stylinson-AU)

Mi rutina diaria. Despertar, ducharme, vestirme, ir al colegio. Caminar por los pasillos mientras todos chocan “accidentalmente” conmigo, llegar al casillero y tomar mis cosas. Encaminarme de regreso al salón para sentarme en el último asiento y sumergirme en la música, mi única amiga. Primer receso y primera comida del día, sentado nuevamente solo en la mesa más apartada de la cafetería, siempre conectado en mi mundo. Suena el timbre de entrada y nuevamente lo mismo de sentarme alejado de lo que muchos llaman sociedad. Término de jornada escolar y caminata solitaria a mi casa. Al menos Teddy se daba el trabajo de ordenar el desastre que era mi cuarto, o lo intentaba. Cerraba las ventanas, sumergiéndome en la oscuridad de mi habitación, siempre acompañado de mi fiel compañera, la cual nunca me dejó, ni en las buenas, ni en las malas. Observaba los posters de mis bandas favoritas pegadas en mi pared y luego me decidía por hacer los trabajos para la escuela. La secundaria. Difícil etapa; para algunos buena, haciendo cosas que valdría la pena recordar algún día y para otros mala, como para mi. Pero no siempre fue así. Hace 6 años yo era un niño normal, como los demás. Jugaba, tenía buenas calificaciones, era amistoso y me podría atrever a decir que a los 11 años era el niño más popular de mi salón. Pero todo cambió cuando el fatídico accidente pasó. La persona que más amé en el mundo, estaba prácticamente muerta, postrada en esa cama de hospital luego del accidente que días después le costó la vida. Jamás me perdonaré lo que le pasó a mi hermana, jamás se lo perdonaré a mis padres, nunca. Recuerdo perfectamente esa tarde. Una tarde lluviosa de noviembre, con el viento corriendo más fuerte que de costumbre. Gemma había venido darnos la noticia de su compromiso con su novio de más de 10 años, Connor. Yo, feliz por la situación, corrí a sus brazos para decirle cuan emocionado estaba por que por fin estaba cumpliendo sus sueños, pero al parecer, ni papá ni mamá se lo tomaron muy bien. La regañaron y ella respondió diciéndoles que ya no era una niña, tenía 25 años y estaba lo suficientemente lista para casarse con quien ella estimara conveniente, y salió de la casa hecha una furia. Me enojé con mis padres por haberle arruinado la felicidad a alguien tan maravillosa como lo era Gemma. Minutos después llamaron avisando que mi hermana había sufrido un accidente automovilístico y que la habían ingresado al quirófano de urgencia. No recuerdo haber llorado más que cuando me anunciaron que tenía muerte cerebral y que tan sólo le quedaban unos días de vida. Luego de ese día mi vida se transformó en una mierda. Mis padres se fueron de la ciudad, dejándome a cargo de la hermana de mamá. Me querían obligar a irme con ellos, más hice hasta lo imposible por quedarme y lo conseguí. Dos años después, mis padres murieron en un accidente parecido. No puedo decir que sufrí como lo hice con Gemma, pero si estuve mal por mucho tiempo, al fin y al cabo, ellos fueron los que me dieron la vida. El destino me quitó a mi familia completa y ahora me encontraba viviendo un infierno, como el raro de la escuela y con una mujer que es 10 años mayor que yo, la cual me ha tenido que mantener sola desde que mis papás se fueron. No podía conseguir trabajo por que a las personas no les doy “buena espina”. Siempre me decían que no era lo que buscaban o un simple y rotundo no. Odiaba que Teddy lidiara con todo esto sola, pero no podía hacer nada más que encerrarme en mi cuarto y evitarle más problemas de los que tiene. Paso desapercibido cuando me lo propongo, por lo que desaparecer del mundo real a mi mundo ficticio donde todo es perfecto y donde solo está la música y yo, no es muy difícil. Mi nombre es Harry Styles o el raro, o la mierda de la sociedad, como quieras llamarme, pero como quiera que digas, cuida tus palabras, por que mi historia, también puede ser la tuya.