Capítulo 1.

70 7 0
                                    

Capítulo 1.


Había salido hace 5 minutos de clases e iba camino a la salida de la escuela con algunos de mis cuadernos en mis brazos, el gorro de lana negro que siempre me acompañaba, hiciera frío o calor, mi mochila al hombro y mis audífonos puestos en mis oídos, privándome de las conversaciones exteriores y envolviéndome en una atmósfera completamente distinta, la que con el tiempo me acostumbré. Alguien pasa rozándome el brazo y por poco cae lo que tenía en mis manos. Suspiré con resignación, sabiendo que no sacaba nada con girar y encarar a quien fuera que casi me bota junto con mis cosas, no valía la pena. Recibiría lo único que no quería que me dieran; odio. La indiferencia y burlas eran parte de mi día a día, por lo que agregarle el odio y desprecio no era una buena idea si quería terminar bien al menos físicamente. Continué con mi camino sin mucho que decir o hacer, no me expresaba bien frente a otras personas y rara vez hablaba en las clases o con las personas, sólo cuando era estrictamente necesario. Tampoco era muy participativo en clases, razón por la cual, muchos de mis compañeros de clases son sabía cual era mi nombre. Mejor para mi. Amigos; cero, por lo tanto, nunca había tenido alguno tipo de romance. Desde los 11 no tenía amigos. Fui a múltiples psicólogos a petición de Teddy, ninguno me ayudó. En la escuela, fui varias veces citado con la psicóloga y orientadora, tampoco supieron bien que tenía. Convencieron de alguna manera a Teddy que lo que yo tenía era algo temporal de la edad, pero 6 años con el mismo “problema” no era algo pasajero. Yo sabía lo que tenía, y estaba claramente relacionado con la pérdida de la persona que más me quiso y apoyó en momentos difíciles. No había medicamento o doctor que pudiera ayudarme frente a eso. Así era yo y nadie me podría cambiar. 

El camino a casa fue en total silencio. Tampoco tenía alguien con quien hablar, sólo disculparme con le gente que pasaba a llevar por ir distraído con la música al máximo volumen posible. Siguiendo la rutina que creé hace un par de años, subí a mi habitación, cerré las cortinas, dejando el cuarto en penumbras, y me recosté sobre la cama, fijando mi vista en el techo donde un poster de una de mis bandas favoritas me daba la cara. Cerré los ojos a los pocos minutos aún con la música en mis oídos y sin darme cuenta, los primeros acordes de guitarra de una canción muy conocida comenzaron a sonar. Los fantasmas del pasado me atormentan, aún sentía la voz lejana de mi hermana cantando aquella canción cada vez que algo andaba mal. Quería llorar. Hace más de 4 años que había dejado de hacerlo. No lo había hecho, no por que no quería, si no que no podía. Suspiré con resignación como por decimo quinta vez en el día. Pronto llegaría Teddy a tocar a mi cuarto para verificar que estuviera bien. No se molestaba en cuestionarse si estaba o no, puesto que ya sabía la respuesta. Desde que me vine a vivir con ella que no había llegado a casa más allá de las 5 pm. Me tomaba 15 minutos desde la escuela en autobús y media hora a pie. No quedaba muy lejos, por lo que generalmente prefería caminar. La canción ya estaba por terminar y los recuerdos comenzaban a difuminarse, para finalmente desaparecer junto con la canción. La batería del reproductor estaba por acabarse, lo que era señal que ya era hora de hacer los deberes de la escuela, que aun que no me gustara, tenía que hacerlos para poder tener un trabajo decente y dejar que Teddy realizara su vida sin ningún tipo de carga como lo era yo. 

-Harry…en un par de minutos estará la cena….- escuché tras la puerta. No me había dado cuenta de lo rápido que pasó la hora. Según el reloj despertador, eran alrededor de las 7:20 pm. Bajé a la cocina y ahí estaba mi tía con una sonrisa de oreja a oreja, terminando de poner la mesa para poder sentarnos a comer. Me instalé en el lugar destinado para mi en la pequeña barra de la cocina y sin siquiera quitarme el gorro, esperé a que Teddy me sirviera la cena. El silencio que inundaba la habitación era sepulcral. Mi mirada estaba fija en el plato frente a mi. De un momento a otro la voz de Teddy interrumpió la paz incómoda que habíamos creado.

-Supe que uno de los grupos que te gustan viene a un festival en Londres…- 

-¿Cuál?.- pregunté sin levantar siquiera los ojos.

-Sleeping with sirens…- 

-¿Enserio?.- agregué con clara emoción. Era mi banda favorita desde hace más de 4 años. 

-Si… si quieres yo…podría comprarte la…-

-¿Qué?....no…no, no… no te preocupes… no es necesario…- dije rápidamente. Quería ir, lo deseaba, pero Teddy ya estaba haciendo mucho por mi como para darme el lujo de ir a un concierto a casi 456 kilómetros de distancia. 

-Por favor Harry…te conozco…se que quieres ir y yo puedo ayudarte.-

-No Teddy, ya te dije que con darme que comer basta….no quiero que cumplas caprichos míos…seguramente se me pasará…-

-Pero…-

-No…no voy a dejar que lo hagas…- le di una mirada severa. Podía ser unos años mayor que yo, pero actuaba incluso más inmadura. Pareció entender mi mensaje y dejó de insistir con el tema. Terminamos de cenar y yo comencé a ordenar lo poco que habíamos desordenado. Una vez todo presentable, volví a mi madriguera. La idea de ir al concierto me dio vueltas en la cabeza por el resto de la noche. Podía ver cuando tenía en mis ahorros, pero no era mucho. Decidí investigar cuanto era el valor de la entrada al famoso festival. La más barata eran 50 libras y el pasaje 10 libras más. Era mucho para un simple concierto, aun que Teddy sabía que yo daría lo que fuera por ese simple concierto. Suspiré. Los deberes escolares podían esperar. No tenía ninguna oportunidad de ir. Mis ahorros eran menos de 30 libras y tenía claro que no podía malgastarlos en algo como un concierto. Habían prioridades en la vida y esa no era una. La noche hacía acto de presencia y con ella, el sueño. Puse a cargar mi reproductor de música y con una ducha en mi cuerpo, me fui a la cama.



Mañana aburrida, recesos ignorado y clases sin prestar la más mínima atención. Caminatas en completo silencio a casa y la tarde entera viendo el techo, fueron las principales actividades de aquel día en el que por primera vez en mucho tiempo volví a sonreír. Teddy había llegado más temprano de lo común con una sonrisa que nunca antes había visto plasmada en su rostro. 

-Harry…tengo algo para ti…pero no quiero que lo rechaces o insistas en devolverlo…- asiento sin entender mucho, aun que ya me hacía una idea de que podría ser.- Bien…te compré la entrada y los pasajes para Londres…el concierto es mañana…tu bus sale a las 6 am…llegas allá a las 11 y el estadio abre las puertas a las 2…-

-Pero tu dijiste que no lo harías…-

-Tómalo como un regalo de… no se…¿cumpleaños?...hace mucho que no te doy un regalo decente… y bueno, creo que este sería lo suficientemente bueno para…-y ahí fue cuando la interrumpí con una acción que jamás creí que haría. La abracé fuertemente, enterrando mi cabeza en su cuello. Al fin y al cabo, ella era lo más cercano a una madre, hermana y amiga que tendría jamás. Hacía mucho por mi, partiendo por siquiera tenerme en su casa. 

-Gracias…- sentí como se tensó bajo mi abrazo y la entiendo. Nunca, de todos los años que llevaba viviendo con ella, le había dado una muestra de afecto como esa, incluso me sorprendí a mi mismo rodeando sus hombros con un apretado abrazo. 

-No hay de que Harry…eres mi sobrino favorito…- susurró levantando sus brazos para devolver el gesto.

-Soy el único que te queda…- dije con un tono de tristeza en mi voz, desasiendo el abrazo. 

-Siempre fuiste el favorito…- dijo con un tono maternal que hizo que mi mente volara lejos, a un pasado donde mamá me hablaba así, donde mi vida era perfecta, donde Teddy no era más que la hermana menor de mamá. Agradecí con un gesto de cabeza y ella entendió que no quería hablar sobre eso.- La cena estará en unos minutos.- la frase de todas las tardes.- luego te entrego los pasajes y la entrada.- volvió a sonreír antes de retirarse de la habitación, dejándome en silencio nuevamente. 

Imagine living like a king someday (Larry Stylinson-AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora