Lisa llevó un ramo de flores violetas.Se acercó a Jennie, quien la miró con el ceño fruncido. Aguantó las ganas de llorar y le entregó las flores.
"Lo siento" susurró. "No quise dejarte plantada. Mi madre tuvo fiebre ayer, por lo que estuve ocupada cuidándola. De todos modos, voy a decirte lo que pensaba decirte ayer."
Jennie levantó la vista, interrogante. Lisa tomó aire.
"Me gustas, Jennie." La castaña sonrió al escucharla. "Espero que esta vez me aceptes tú una cita."