How Do You Know I'm Not Gay? [GOT7 Drabbles & One-Shot's]

Don't touch me [Centric! JaeBeom]

Música: Pray - Defsoul

•Drama
•Omegaverse
•Leve mención de violencia familiar y violación.

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JaeBeom empezó a derramar lágrimas sin control al sentir como un líquido caliente bajaba por sus muslos.

"Santa mierda" pensó con pánico.

Fue en Enero del 2009 cuando sus sueños se derrumbaron.

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Vivir en una familia de betas donde esperan lo mejor de ti es asfixiante.

"Mi niño es un líder nato"

"Tan guapo y fuerte mi bebé"

"Sin duda será un alfa"

Siempre halagándolo, poniéndolo en clases avanzadas y regalándole libros sobre el manejo de empresas.

Odiaba eso.

Pero amaba a sus padres.

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Sí le preguntarán si hubo alguna vez en su vida que sintió odio hacia sus progenitores sin vacilar diría que si.

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A los 15 años fue su primer celo.

Muchos lo atesoran como algo especial ya que revela su estatus. Otros, como él, lo catalogan como el inicio de su infierno personal.

Esos 5 días los recordaba como un borrón de calor y desesperación. Pero eso fue lo mas leve.

3 largos años llenos de miradas de decepción, gritos de rencor hacia inexistentes errores, miedo a que lleguen los días de calor, incómodas cenas familiares y múltiples apodos denigrantes.

Podía soportarlo. Podía seguir. Sabía que en el fondo aún había amor en los rostros inexpresivos de sus padres.

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A los 18 años se quebró.

Amaba el baile callejero. Era lo único que traía alivio y felicidad a su vida.

Gracias al baile lo conoció.

Mark, un alfa proveniente de Los Ángeles , Estados Unidos. Tintado de rubio, de complexion delgada y unos adorables colmillos. Fue la primera persona a la que pudo llamar amigo.

Le debía tanto.

Le sacaba sonrisas, lo apoyaba y escuchaba, compartían varios gustos.

Mark sabía su situación familiar, no comentaba nada pero podía darse cuenta el como apretaba sus puños y se ponía tenso cada que escuchaba las blasfemias que salían de las bocas de sus padres pero aún así solo se limitaba a abrazarlo y susurrarle palabras de aliento.

No tardaron sus padres en darse cuenta de la relación cercana que tenían. No era bien visto el que un Omega sea apegado a un alfa, malditas mentes cerradas.

Supuso que no pasaría nada después de todo solo eran amigos.

Ese fue el primer error. Suponer.

Esa noche de Abril fue interrogado a gritos sobre Mark por su madre.

Ignoro cada advertencia e insulto, no por la "sobreprotección" de ella lo dejaría. Él era su felicidad.

Segundo error. Ignorar.

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JaeBeom llegó a media noche. El tiempo se le había pasado volando en la biblioteca, tantos trabajos que terminar. Tedioso.

Mark le propuso quedarse en su casa después de todo ya era muy tarde. Pero se negó, tenía que llegar antes de que se dieran cuenta que no estaba en su habitación.

Ojalá hubiera aceptado.

Le pareció extraña la ausencia del auto pero no le tomo importancia y entro. La casa se encontraba a oscuras excepto por una luz que venía de la cocina.

Siguió caminando hacia las escaleras hasta que sintió un aroma desconocido que le taladro las fosas nasales de lo fuerte que era.

Alfa.

Todas las alarmas de su cerebro se encendieron.

Intentó correr.

Un dolor en su espalda al ser azotado en la pared, forcejea para que liberen sus muñecas pero es inútil, nunca podrá contra un alfa. Levanta la vista para encontrarse con un rostro conocido.

Es uno de los empleados de su padre, alguien al que siempre considero como el hermano que nunca tuvo.

Rabia. Traición.

Explotan ambas en su roto corazón reflejándose en sus ojos.

Una lengua paseándose por su cuerpo, manos ásperas y rudas tocando todo a su paso, la ropa desapareciendo. JaeBeom solo quiere llorar.

Pero aún no se quiebra, intenta gritar pero unos labios se estrellan con los suyos, dejándolo mudo. Desagradables sensaciones al sentir un músculo húmedo explorando su boca.

Por fin se separa y lo agarra del cuello presionando levemente. Siente pánico.

—No grites, pequeña puta— escupió JongDae, voz de mando presente— Pague mucho por ti y sabes que es lo gracioso— acercándose a su oreja lamiendo el lóbulo— Tu padre y tú madre te ofrecieron gratis, los hubieras  visto, tan desesperados, queriendo  alejarte de esa tonta imitación de alfa—susurro cruelmente.

Las palabras que le dijo aquella noche nunca las olvidará, fue cuando se dio cuenta que estaba solo.

Después de eso lo demás eran recuerdos fugaces.

Él llorando silenciosamente mientras sentía como recorrían su cuerpo.

Un miembro enterrándose en su entrada sin aviso. Duras embestidas haciendo que grite de dolor.

El maldito disfrutando de el sufrimiento reflejado en JaeBeom.

Como anudó en él.

El frasco de anticonceptivos tirado a un lado de su inmóvil cuerpo en el sofá.

La puerta cerrándose con un brusco movimiento.

Y silencio.

Absoluto silencio.

Hasta que no pudo más.

Lloró hasta que no salieron lágrimas.

Grito desgarradoramente.

Se sentía sucio.

Quería morir.

Tercer error. Confiar

Cubriéndose con la manta que le dió JongDae antes de irse, sentado en un sofá de mal gusto, con lágrimas secas en su rostro demacrado llamó a Mark.

—¿Beommie?— contesto preocupado el mayor.

—Ayúdame— Fue apenas un susurro pero el americano pudo percibir el dolor.

JaeBeom colgó antes de que la persona al otro lado pudiera decir algo más.

Abrazando sus rodillas se quedó alli.

Odiando al mundo.

Y odiándose a él.

Sollozos era lo único que rompía con la tranquilidad de la madrugada.

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