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Y sin más el chico apuesto que vi escapar de dos guardias ayer en el centro comercial estaba aquí rapeando frente a una InJae boquiabierta.
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Era demasiado genial tenía que admitirlo, y esa cara guapa que se cargaba lo hacía aún más irresistible, de pronto me encontré preguntándole a Tony si el tal Changbin estaba soltero. -No sabía que era tu tipo- bufó.-No lo es, además a mí me gusta Min-. «Idiota».
-¿Min?... ¿Song Mingi*?- -Sí- y luego me preguntaba por qué me metía en asuntos estúpidos. -¿EL IDIOTA DE MINGI?- me gritó a la cara. -Habla un poco más fuerte qUE NO TE ESCUCHARON EN MARTE- le grité de vuelta. Changbin había terminado su presentación antes de nuestro escándalo y medio bar se nos quedó viendo.
-No es posible que te guste Mingi, InJae. Es un jugador de primera, ni siquiera le presta atención a las chicas con las que sale- comentó en tono preocupado. -Olvídalo Tony- espeté suspirando.
Quise desviar la conversación cuando de pronto me pareció ver a Naemin, quise sobarme los ojos pero recordé que traía maquillaje y no quería parecer un panda a estas alturas. De todos modos pude haberme equivocado, Naemin no frecuenta este tipo de lugares.
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Dos horas más tarde Tony me acompañaba a casa, quería contarle lo de Minho, pero sería egoísta de mi parte hablar solo de mí.
-¿Cómo va el trabajo? ¿Era lo que esperabas?- Tony se graduaba el próximo año y sería todo un comunicador. —Es genial, en serio amo lo que hago y no puedo creer que los años hayan pasado volando, parece que fue ayer cuando estaba inseguro sobre mi futuro, y ahora ya casi lo logro— habló con lágrimas en los ojos. Bastó eso para que lo abrace y me sintiera muy orgullosa de mi mejor amigo, quería transmitirle todo mi apoyo en ese abrazo.
La vida es una perra, o la ciudad era demasiado pequeña y amaba que todos se conozcan.
