Te Encontré

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Venecia, Italia. Actualidad, Carnaval.

Narra omnisciente*

Eran alrededor de las 22:30, la hora perfecta para el baile. Todos los presentes en aquella plaza se reunieron para comenzar el baile, un baile clásico del siglo XVI y XVII, no hace falta entrar en detalles, todos sabemos que aquellos bailes son difíciles de explicar. Pero durante ese baile el chico de ojos negros y la chica del vestido azul bailaron durante casi toda la velada (omitiendo las partes en las cuales debían cambiar de pareja, pero siempre encontraban la manera de volver a bailar juntos.

- ¡A LAS GÓNDOLAS! - Gritó un hombre, todos sonrieron se acercaba la hora del tan esperado "Vogata del Silenzio" uno de los espectáculos más hermosos y esperados; las personas van por el Gran Canal de Venecia en silencio sosteniendo velas, para luego soltarlas al aire.

La chica de vestido azul se giró a su nuevo acompañante - ¿vendrás conmigo? - preguntó inocentemente, el chico identificó rápidamente a la chica de vestido azul y de (ahora que lo notaba) ojos mieles.

- No me lo perdería por nada - el azabache le ofreció el brazo a la dama y así ambos partieron. Eran las 23:50 cuando consiguieron una góndola, solo ellos y el navegante, los condujo por el canal siguiendo el silencio y las luces de las otras góndolas, al dar las 12 todos soltaron sus velas.

- Nunca me aburro me ver esto - susurró la chica viendo directo al cielo, donde las velas cada vez se veían más lejanas.

- Creo entender el porqué - el chico solo se concentraba en ____, la cual se veía hermosa bajo la luz de aquellas velas acompañado de la luna y las estrellas, una noche muy bonita sin duda.

- ¿Quieres pasear? - preguntó la chica al llegar a la orilla nuevamente.

- Mientras nos mantengamos lejos del agua - un ligero atisbo de alivio asomó por su cara al estar en tierra nuevamente.

- ¿Temes al agua? - preguntó, recordando a ciertos hermanos que conoció hace mucho tiempo.

- No, no le temo... Solo no soy muy fan de ella que digamos - la chica rió levemente - ¿qué?

- Nada, solo me recordaste a alguien que conocí hace mucho tiempo - sonrió melancólica y un brillo de esperanza apareció en los ojos del acompañante de la chica de vestido azul.

- ¿A quién?

- A unos hermanos que conocí aquí, en Venecia - en ese momento se encontraban en el Ponte di Rialto, ambos se apoyaron en la baranda.

- ¿Cómo eran? - el chico la miró, aquella chica se sacó la máscara dejando salir aquella dulce sonrisa.

- Bueno la chica se llamaba Bianca di Angelo, era la hermana mayor, le decía Bian Bian - soltó una risilla - nos pasabamos horas hablando de cualquier cosa, ella tenía diez años; era mi mejor amiga - una sonrisa triste apareció en los rostros de los dos, pero ____ no lo notó gracias a la máscara del azabache - tenía un hermano pequeño, mi mejor y único amigo, él era mi pequeño Soldatino - su sonrisa se desvaneció - Nico di Angelo, pero su nombre completo era Nícolo; odiaba que lo llamasen así - una risa amarga salió de su garganta - eramos inseparables o al menos eso sentía, Bian Bian me lo reafirmaba.

- Sí que era especial para tí - el chico se mordía la legua para no soltar nada.

- ¿Especial? - lo miró - él era más que eso, fue el primer chico que había conocido, el primer chico en hablarme y jugar conmigo, me enseñó muchas cosas, entre ellas mitomagia. - hizo una pausa - todavía conservo el juego de mitomagia que me regaló para mi cumpleaños. También fue el primer chico que me gustó.

- ¿En serio? - dijo sorprendido y feliz. 

- Sí, en fin. Eran las mejores personas que nunca conocí, pero un día mientras jugábamos a las escondidas una señora que afirmaba ser un pariente lejano mío me sacó de aquél lugar y me trajo aquí, nunca supe de los di Angelo. - Ahora sonrió sarcásticamente - pero mira el lado positivo.

- ¿Cuál?

- Nunca me encontraron, lo que me hace ganadora del juego y la Reina de las Escondidas - ambos rieron - ¿por qué no te sacas la máscara?

- Porque me gusta mantener el misterio - contestó burlón, una risa salió de la chica.

- Eres el chico de cabello azabache, ¿no?

- ¿Cómo lo supiste? - estaba sorprendido.

- Porque eres la segunda persona que conozco, a la cual, le encanta mantener el misterio - el chico se despojó de su máscara - te ves lindo a la luz de la luna.

- Tú igual - ambos se sonrojaron.

- Dioses... - susurró acercándose a él - te pareces a él.

- ¿A quién? - el chico se emocionó un poco, tal vez, al fin lo había reconocido.

- A Hades - la chica dejó escapar una risa, él solo bufó - ya no te enojes.

- ¿Quién es la primer persona a la cual le gusta el misterio? - preguntó ignorando lo de antes.

- A mi madre - la chica miró el cielo - ella es muy ruda, pero cuando la conoces es demasiado dulce, pero no trates de preguntarle algo, te dejará con la duda por mucho tiempo hasta que se aburra o se le olvide - ambos chicos rieron. - Eres mestizo.

- ¡¿Qué?! - dijo alterado - yo no... tú ¿cómo...

- Yo también lo soy, además nunca te separas de tu espada ¿hierro Estigio? -el chico asintió conmocionado - yo tengo una espada de Oro Celestial y Bronce Celestial - comentó tranquila señalando su tobillera mientras levantaba levemente su vestido.

- ¿De quién eres hija? - el azabache no salía de su asombro.

- Enio, Diosa de la guerra, hermana y acompañante de Ares - se presentó - también poseo la bendición de Hades, por lo que puedo sentir el aura de un mestizo.

- Oh...

- ¿De quién eres hijo?

- Hades, soy hijo de Hades - el chico esperó a que se alejara... Pero no lo hizo.

- Wow, debe de ser genial, ¿no? - el chico no salía de su asombro - ¿dije algo malo?

- No, no, solo que no estoy acostumbrado a que las personas se queden a mi lado sabiendo que soy hijo de Hades.

- Para mi eso no es malo, mi madre es llamada "La Destructora de Ciudades" - ambos soltaron una risa, la chica soltó un bostezo.

- ¿Tienes sueño, Principessa? - para cuando se dió cuenta, la chica lo vio sorprendida.

- ¿Có-cómo me llamaste? - los ojos mieles estaban abiertos de par en par.

- Principessa, te llamé Principessa - quería acabar con eso, tenía que saberlo.

- Solo una persona me decía así... - el rompecabeza en su cerebro se armó - ¿N-Nico?

- Hola, _____ - la chica se tiró encima de él, abrazándolo.

- No puedo creerlo - no lo había soltado y las lágrimas bajaban por sus ojos.

- Te encontré - le susurró al oído.

- Te tardaste un poco, ¿no crees? - se separó del abrazo con una pequeña y linda sonrisa.

- Solo un poco. Pero ahora estoy contigo y nada ni nadie va a separarnos de nuevo - besó su frente.

- ¿Lo prometes?

- Lo juro por la Laguna Estigia - un rayó se oyó y finalmente... Se besaron.

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Fin.

Te Encontré 💀Nico di Angelo💀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora