Capitulo 16

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Las respiraciones eran irregulares, las manos de ambos se movian sobre el otro con desesperación aunque las caricias eran firmes, el calor iba en aumento mientras la ropa disminuia

No querian detenerse ni por un segundo, ambos tenian la sensación de que si lo hacian el otro despareceria, no era su primera noche juntos pero algo dentro de ellos los impulsaba actuar como si fuera la ultima - un gemido escapo de los labios de Sakura mientras una marca rojiza aparecia en su cuello, era una clara muestra de que los labios del ninja habian estado

El contacto de la piel era evidente, las prendas habian desaparecido en su mayoria, a excepción de los calzoncillos de ambos - el roce de piel contra piel iba logrando que la cordura se perdiera y que la complicidad aumentara

Ninguno tenia idea de como era posible pero sus cuerpos se sincronizaban a la perfección cuando estaban juntos, no necesitaban palabras, tan solo con mirarse sabian lo que el otro queria - un ejemplo claro era cuando el ninja con la mirada le pedia permiso para retirar la ultima prenda de su cuerpo, eso a ella le encantaba hasta en esos momentos conseguia actuar como un caballero pero la verdad aveces la enloquecia tanta calma de su parte

Observaba cada centimetro de piel expuesta ante él, cada perla de sudor, cada gesto, cada sonrojo, cada sonido que salia de ella trataba de disfrutarlo y guardarlo en su memoria por siempre - sus labios volvieron a posarse sobre su cuello para descender lentamente sobre su clavicula, necesitaba saborear cada centimetro de ella

Los cabellos de él eran un desastre entre las manos de ella pero es que tampoco aguantaba más, asi que cuando el regreso a su boca ella se encargo de morder suavemente sus labios mientras hundia un poco sus uñas en su espalda, necesitaba dejarle en claro que la estaba enloqueciendo - él por su parte entendio el mensaje colocandose rapidamente entre sus piernas, él tampoco sorportaba más

El caracteristico sonido del vaiven de ambos cuerpos no tardo en escucharse, al igual que los gemidos de ambos, ahora esos eran el sonido del que se llenaba su departamento - una sonrisa se implanto en su rostro

Ese era el sonido que siempre se debio escuchar, el sonido de ella, el sonido de ambos, no el de las otras mujeres, no el sonido rechineante de la cama, no los reclamos de las demas por no ser tratadas como la estaba tratando a ella y es que si quedaba alguna duda murio en ese momento, todo lo que estaba ahi siempre le habia pertenecido a ella, igual que ella siempre habia pertenecido ahi - tomo con ambas manos el rostro de ella necesitaba hacerle saber que la amaba, que la adoraba

Los ojos de ella se mantenian cerrados disfutando del contacto producido por ambos cuerpos, guardando en su memoria todas esas senciones, solo con él se podia sentir de esa manera segura y deseada, lo amaba, adoraba estar con ese hombre, pero algo la hizo abrir los ojos en ese momento y era que él habia tomado su rostro en sus manos para besarla con  delicadeza extrema - sus ojos se cristalizaron mientras una sonrisa de felicidad pura se formaba en su rostro

Estaban agotados, ambos sabian que era cuestion de minutos para que acabaran, sus cuerpos estaban sudando pero no querian separarse del otro, aunque el cuerpo de ella estaba apretandose constantemente lo que hacia la tarea del ninja realmente dificil las estocadas perdian ritmo, se estaban volviendo erraticas mientras las uñas de ella volvian a trazar lineas en su espalda, hasta que ambos lo sintieron él con las manos aferradas a la cintura de ella, mientras embestia por ultima vez en lo más profundo de ella y a su vez era jalado de la cabellera por su acompañante mientras la escuchaba gemir su nombre - adoraba escuchar su nombre esa manera

Ambos eran consientes de que la mañana traeria demasiadas cosas, por lo que se esforzaron por hacer que esa noche durará lo más que pudieran, quedandose sin energias cuando los rayos del sol empezaron a aparecer por la ventana - él abrazando completamente la figura de ella mientras ella acomodaba su cabeza en el cuello de él y sus manos se aferraban a sus hombros

Esa era la costumbre que habia permanecido entre ellos esos cuatro años dormir juntos asi sabian que lo de ellos no era tan solo un sueño

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