Capítulo IV.

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—Vaya, vaya, vaya... Pero si es el señor me-escapo-de-la-escuela-y-no-invito-a-mi-mejor-amigo.

Ruedo los ojos por su "bienvenida" al llegar a su casa y suspiro.

—Me sorprende que no me hayas molestado antes.

Se hace a un lado para dejarme pasar y camino directamente al sofá, dejándome caer.

—Esperé a que te disculparas y como no sucedió, me estoy quejando hasta ahora.

—¿Esperaste tres días para que me disculpara por no invitarte a escaparte conmigo?

—Sí.

Niego divertido y se lanza junto a mí, usando mis piernas como almohada.

—Entonces, ¿Qué es lo que hizo que el gran chico responsable hubiese escapado después de años rechazando mis ofertas?

—Jennie me besó.

Se levanta de golpe provocando que su cuerpo caiga al suelo y río.

—¡¿Qué?!

—Tadá.

—P-pero... ¿Cómo?

—No lo sé, sólo llegó, me habló y me besó.

Se vuelve a acomodar junto a mí y sonríe como si estuviera orgulloso.

—Al fin después de diecisiete años ya eres todo un hombre.

—Ridículo.

—Y... ¿Qué hiciste?

—Nada.

Golpea mi brazo con fuerza y se levanta, caminando de un lado a otro frente a mí.

—Dime que no hablas en serio.

—No lo sé, tú dime.

Voltea a verme y niega con la cabeza, suspirando.

—Recibes tu primer beso, ¿y no haces nada?

—Bien... Lo regresé.— confieso con cierta vergüenza y chilla de emoción.

—¡Sabía que no eras un tonto del todo!

Se lanza a abrazarme y sonrío divertido.

—Aún así me debes una salida de la escuela.

**********

—¡Stark!

Volteo a verla sonriente y hace una mueca.

—Ah... ¿Pasa algo o...?

—Lo siento, en serio, sólo... No pensé que te sentías mal y...

Ahora sé porqué mi madre se enteró.

—Calma, yo... Ya era hora de que lo supiera de igual forma.

Asiente poco convencida y sonrío para relajarla.

—¿Me perdí de lecciones importantes?

—No mucho, los profesores sólo hicieron repaso de los temas previstos a todos los grupos.

Asiento caminando a su lado hacia la cafetería y me tenso cuando siento su mano tibia sobre la mía. Volteo a verla encontrando una amplia sonrisa y río.

Interesante...

—¡Miller!

Caminamos a la mesa con los chicos y siento su profunda mirada en nuestras manos entrelazadas.

Cierto.

—Ah... Hola.

Me siento al lado de la castaña y me quito los lentes, poniéndolos sobre su rostro sin que ella lo prevenga.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2019 ⏰

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