Part. 1

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Taehyung iba tomado de la mano de su madre cuando esta misma abrió un pequeño portón de madera, y tiró de él para que caminaran hacia el umbral de la casita de verano. Su delgado cabello castaño se movía en son al viento.

-Ya llegamos, Taehyunie.

Corrió por la casa; buscó hasta el más pequeñísimo secreto dentro de ella. Subió y bajó las escaleras desde el primer piso hasta el tercero, para luego correr pisos abajo y adentrarse por el enorme comedor, el cual a unos metros se encontraba la cocina y el lavadero. Así que, luego de revisar divertido todas las cajoneras, dio vuelta a sí mismo para divisar su nueva aventura: se aproximó a una puerta pintada de color blanco amarillento, la cual se encontraba en una efímera pared apartada.

Esta conservaba un apariencia anticuada, decorada con bordes de rosas de colores anaranjados; al pequeño Taehyung le dio un sentimiento de extrañeza. Se acercó a ella y la abrió, para descubrir un balcón, el cual en su frente residía un extenso y muy verdoso jardín. Precioso. Decorado con flores de muchísimos colores y árboles frondosos; con senderos de madera a bronce y tierra fina y pulida para pasear sobre ella.

En los ojos del pequeño niño, aquel lugar fue el paraíso más divertido que vería en toda su vida.

Las aves que se encontraban en las ramas de los árboles cantaban felices sus armonías, como si le estuvieran dando una cálida bienvenida al recién llegado.

Bajó los mínimos tres escales y caminó a paso incierto por el lugar, no sabiendo muy bien hacia dónde dirigirse. Vio a un gato caminar con tranquilidad por allí; el minino era de un color negro azabache en su totalidad. Su ojo izquierdo dorado le miró imperturbable, mientras que su ojo derecho de color azul pálido le observaba con tranquilidad y paciencia.

Taegyung sonrió al ver a la criatura y se acercó a esta, no sin antes tomar precausiones para que la misma no le tomara miedo. La tomó entre sus brazos y le ofreció efímeras caricias para que este le olfateara sin temor. El pequeño sonrió en alegría al ser aceptado.

Sin embargo, cuando se dio media vuelta con la intención de mostrarle el felino a su madre, la figura de un niño apareció a sus ojos.

El desconocido no estaba demasiado cerca, pero aquello no evitó que Tae exclamara un grito del buen susto que la nueva presencia le había provocando, y así mismo, haciendo que el gato erizara sus cabellos y le mordiera la mano para que la soltase. Tae gritó por segunda vez en el día.

-Kuma nunca deja que extraños la tomen en brazos... -susurró el pequeño, luego de que este hiciera el mismo dicho acto, acariciándole bajo el mentón.

-¿Kuma? -preguntó dudoso Taehyung, tratando de desaparecer aquel sentimiento de miedo que le provocó el contrario-. ¿El gato?

Este mismo asintió silencioso en respuesta, sin mirar directamente al castaño, mientras seguía haciéndole mimos al felino que ronroneaba en respuesta.

Taehyung observó al niño desconocido. Llevaba el cabello rubio, produciendo que su pálida piel brillara en blanco aún más. Sus ropas eran sencillas; pantaloncillos con correas hasta sus hombros, con una camiseta blanca y desgastada cubriendo sus brazos y torso.

No obstante, aquello no fue lo que le impresionó, sino, fueron sus dos delgadas piernas, las cuales llevaban múltiples moretones abordando colores desde el negro morado hasta verdoso amarillento.

"Tal vez se ha caído mientras corría" pensó inocentemente el castaño.

-Eh... ¿hola? ¿Quién eres? -preguntó dudoso de la respuesta del contrario.

Mas la pregunta, a pesar de los largos minutos, jamás fue contestada.

-Hola... yo me llamo Taehyung, ¿cómo te llamas tú? -trató por segunda vez, ahora un poco más alegre.

El rubio levantó su gélida mirada y la clavó sobre el castaño, quien por un segundo pensó en correr lejos, debido al miedo, mas su curiosidad ganó, como siempre.

-Yoongi.

-Oh..., y... Yoongi... -titubeó-, ¿qué... qué haces aquí? Esta es la casa de mi abuela...

Y es que era cierto, se suponía que aquel jardín era solo de la casa de verano. Aquel niño desconocido, Yoongi, mejor dicho, no era parte de su familia, o eso era lo que sabía Taehyung.

-Me gusta estar aquí.

Al parecer era un hombre de pocas palabras. No obstante, Tae no se rindió; poco a poco se acercó al pequeño rubio quien le miraba incrédulo, con una fría y consciencia de enfado imperturbable.

-¿Vienes aquí muy seguido?

El contrario asintió. Ese movimiento provocó que su cabello dorado se deslizara por su frente, y este de un movimiento acomodó el mechón. Tae sintió que su estómago se revolcó, algo así como si muchas... mariposas se hubieran movido dentro de él.

-Uhm... eres muy bonito, Yoongi -sonrió con aquellas sonrisas rectangulares que tanto le caracterizaban-. Tu cuerpo es muy delgado, además eres muy bajito. Y tu piel parece demasiado blanca con ese cabello rubio. ¡Hasta pareces niña! -concluyó sorprendido-. ¿Eres niña y no me lo has dicho?

-No soy niña. -susurró molesto, con un leve sonrojo en sus mejillas.

-Oh, bien, entonces, ¡seamos mejores amigos! -exclamó saltando alrededor del rubio, quien estaba confundido con tal confianza que irradiaba el más alto-. Juguemos un poco, anda, ¿quieres correr? Esta es la casa de verano de mi familia, pero en realidad nunca he venido aquí. ¡Enséñame!

-Pero...

No fue sino unos segundos cuando la voz de su madre resonó por un pequeño sendero. Y Tae hizo un puchero, al notar que esta lo llamaba para ir a cenar, lo cual significaba que en unas horas debía ir a dormir.

-Oh... es mi madre... -susurró bajito-. ¡Hey! ¿no quieres venir a cenar? ¡te mostraré todos mis juguetes!

-No quiero.

¿Oh? Pero, ¿por qué él no quería?

Bajó la mirada apenado. -¿Pero... vendrás mañana?

-Sí.

-¡Prometelo! -achinó sus pequeños ojitos y alzó su dedo meñique, haciendo énfasis a que Yoongi lo entralazara. Este mismo se extrañó, pero a los segundos lo hizo, incrédulo-. ¡Está bien! ¡Nos vemos mañana!



















-¡Mami, hoy encontré a un gato y a un niño en el jardín secreto!

-Ah, ¿qué cosas dices, amor? Ya estás inventando tus historias de siempre...

-¡No! ¡Es verdad! ¡Se llama Yoongi y tiene el cabello rubio!



"El príncipe que no tuvo su final feliz"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora