Part. 3

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Las semanas pasaron, y Taehyung sabía mucho más de Yoongi que la primera vez que lo conoció.

Sabía que vivía en una casa cerca de allí y que sus padres ya no estaban en ese mundo, o eso fue lo que Tae alcanzó a escuchar cuando el rubio susurró. También, que había una esquina sin madera del jardín de la casa de Tae que descubrió cuando era pequeño, y que desde entonces, iba para allá cada vez que podía. Kuma, el nombre del gato, venía de "Kumamón" un personaje de televisión. Y, por último, le gustaba mucho dormir; cuando no estaba con Tae, dormía.

-¿Y no tienes amigos? -preguntó el castaño un día mientras recogía flores del jardín trasero. Esa mañana anunciaba lluvia.

-No.

-¿Siempre estás solo?

-Sí -las respuestas del rubio siempre predeciblemente cortas.

-¿Y por qué? -volteo su cuerpo y le miró directo.

-Porque me gusta estar solo -aseguró resuelto, mientras cruzaba sus brazos.

Taehyung tomó el ramo de flores que había estado recolectando y lo acercó al cuerpo de Yoongi, dando a entender que se lo ofrecía. -Pero ahora estás conmigo, ¿acaso no te gusta estar conmigo?

-Yo... -el rubio titubeó y comenzó a jugar con sus dedos. Un leve sonrojo se notó en sus mejillas. Y es que, debido a su pálida piel, cualquier sonrojo de vergüenza, u otra cosa, era totalmente visible.

-Ah, Yoongi, si sigues sonrrojandote voy a pensar que te gusto -sonrió divertido.

-¡No me gustas, tonto! -exclamó frustrado aceptando el ramo de flores con una media sonrisa.

Luego de que Tae se burlara un rato del rubio y siguieran jugando a ser exploradores de la selva, la madre de Tae anunció que este mismo regresara para ir a cenar, ya que el atardecer se estaba haciendo presente desde hacía unos minutos. Sin embargo, el cielo cumplió su anunciado, y gruesas gotas empezaron a caer desde sus aposentos, así que los pequeños corrieron hacia el balcón para refugiarse.

-¿No quieres venir a cenar? Mi mamá hace cenas muy deliciosas.

-No... yo no puedo -susurró retraído.

-¿Por qué no?

El más bajo negó con la cabeza.

-Ah... está bien, ¡nos vemos mañana, mi príncipe Yoongi -gritó con gracia, solo para molestar al rubio. Este solo asintió con una mueca en el rostro.

Sin embargo, antes de que el rubio partiera, Taehyung reaccionó e hizo lo que hace unos días había estado pensando risueñamente; en la televisión, cuando dos personas se enamoraban se besaban, ¿no era cierto? Pues Taehyung... se acercó con prisa a Yoongi y plantó un ligero beso en su mejilla.

-A mí sí me gustas, Yoongi, eres muy lindo -le confesó con toda la inocencia del mundo.

Le miró por unos segundos, sin embargo, este mismo no mostraba siquiera alguna reacción, sin contar que sus mejillas estaban más que enrojecidas. Se miraron por un momento a los ojos, como si esperaran que el otro hiciera algo. Mariposas, muchísimas mariposas se sentían en sus infantes vientres. Pero luego de un rato, el castaño, sin prestar atención a la respuesta de Yoongi, corrió hasta su casa para refugiarse de la lluvia.


















¿Qué le habrá respondido?


"El príncipe que no tuvo su final feliz"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora