Luego de haber estudiado ambiciosamente el periodismo, aferrándome a la idea fantástica de comunicar sobre hechos relevantes en nuestro día a día, de llevar a todas las casas información verídica y actualizada de cada uno de los sucesos de nuestra ciudad, termine consiguiendo una brecha en mi profesión, o tal vez en mí. La verdad nunca dejó de interesarme el periodismo pero sentía que no me llenaba de la forma que esperaba, sentía que una parte de mi vida se encontraba incompleta, como si se tratara de una pieza de rompecabezas faltante.
La psicología llego a mi vida cuando menos lo espere, de un momento a otra descubrí la magia del análisis y del comportamiento humano, todo esto unido a mi afición por el periodismo, por lo que en poco tiempo me encontré realizando estudios y especializaciones para completar esa pieza faltante de mi rompecabezas.
Actualmente trabajaba en una de las mejores revistas para mujeres y estaba a cargo de una sección especial sobre temas relacionados con el amor y el sexo desde un punto de vista psicológico, con un reglón abierto para todas aquellas mujeres que desearan compartir sus anécdotas o problemas de forma anónima y conseguir de la revista consejos y tips para sus relaciones.
El día había estado pesado, últimamente la revista no se encontraba en su mejor punto y cada uno de nosotros sentía la presión sobre eso. Hice rodar el scroll de mi mouse mientras observaba por enésima vez la edición digital de la revista pasada, no conseguía ningún atisbo que me dirigiera hacia aquel cumulo de ideas creativas que se encontraban sepultadas en mi cerebro, resignada tome la taza de mi escritorio y me levante decidida a preparar un delicioso café que me trajera de vuelta.
Ahí va, la mejor cupido de toda la ciudad por su sexto café del día – Dijo divertida Victoria.
No te pierdes ninguna, lo que te molesta es saber que soy la única que puede recuperar tu relación con Chase - Comente mientras Victoria fingía su mejor expresión de dolor.
Lo mío con Chase va de lo mejor – Replico.
Eso dicen todas – Bromee.
Alcance la leche que había guardado el día anterior en la heladera, serví un poco en la taza y la lleve al microondas mientras buscaba el batidor de mano. Victoria se levantó de su silla y camino hacia mí para entregarme el batidor, le di una sonrisa de agradecimiento mientras sacaba la taza y le servía la cantidad justa de un humeante café negro.
¿Salimos hoy? Al parecer hoy es la apertura de la exhibición que querías ver en el Museo de Gales
¿Es hoy? Últimamente no sé dónde tengo la cabeza. Me gustaría ir pero ahora mismo estoy con un artículo que tengo que entregar antes de que acabe la semana y me está volviendo loca. – Apague el batidor y sople un poco mi café antes de darle un sorbo, Vicky volteo sus ojos ante mi comentario y subió un poco sus hombros restándole importancia.
Andrea está de viaje, jamás se enteraría que no estas poniéndole suficiente corazón a ese artículo, además, nada que una buena exhibición de arte no pueda mejorar, seguro tu vena creativa se despierta. – comento mientras me regalaba una sonrisa excesivamente atrapante.
Bien, tiene sentido. ¿Te parece vernos en la entrada? – Intente recordar el horario de la exhibición pero antes de que pudiera llegar a mis labios Vicky me interrumpió comentando que a las 8 estaría bien.
Regrese a mi escritorio con menos ganas de trabajar de las que tenía, estaba finalizando la tarde y mi cuerpo empezaba a quejarse de todas las horas que pasaba sentada frente al computador. Minimice la edición digital del mes pasado y decidí abrir un nuevo documento para retomar el articulo un poco monótono que estaba redactando sobre el control de los celos, un tema tan común y bien conocido por muchos, pero desde mi perspectiva era algo ajeno a mí. Andrea había propuesto el tema para la siguiente edición y no pude negarme. Pero no podía alejar la idea de lo banal que podía ser en mi mente, he visto, analizado y considerado muchísimos tipos de celos, pero jamás he logrado darle alguna definición en mi vida, por lo cual llega a ser un tema muy superficial para mí, pero, ¿Quién soy yo para juzgar los sentimientos de los demás?

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Algo que no soy || JULIANTINA ♥
RomanceJuliana Valdés es de esas mujeres sin tapujos, decidida, los filtros no le vienen bien a su vida, va y viene a su manera, tiene muy claro lo de no dejar escapar las oportunidades cuando se le presentan, y tiene esa extraña manía de que todas las cos...