Bubba es mío

859 58 12
                                    

El sol se filtraba por una pequeña abertura en las cortinas que para su mala suerte daba directo en su rostro, intento girarse para seguir durmiendo pero algo se lo impidió, sintió como la sangre que acumulaba en sus mejillas mientras recordaba la noche anterior y tras lanzar una mirada una sonrisa boba acompaño a su sonrojo y no era para menos, Marshall Lee dormía apaciblemente abrazándolo.

-deja de mirarme- se sorprendió al escucharlo.

-¿estabas despierto?-hizo un pequeño puchero al verse descubierto.

-desperté al sentir que una rosada cara me miraba- rió bajo al ver la expresión de Gumball -¿que hay de mi beso de buenos días?- lo acerco mas aprovechando que lo tenia abrazado de la cintura.

-no tendrás uno- negó pese a que una sonrisa escapo de sus labios -bueno tal vez uno chiquito- acaricio la mejilla del vampiro y lentamente unió sus labios en lo que pretendía ser solo un suave rose pero que gracias a Marshal se volvió un beso lento y profundo.

Un beso llevo a otro y ese a un tercero hasta que entre ligeras risas no dejaban de besarse, de un momento a otro el rey vampiro termino sobre el príncipe que sonriendo travieso levanto una de sus piernas rosando accidentalmente la entrepierna contraria. Ambos se miraron unos segundos antes de pasar a mas besos algo subidos de tono, fue precisamente a mitad de uno de esos apasionados y húmedos besos que fueron descubiertos por el mismísimo padre de Gumball.


-suéltalo....padre suéltalo por favor- sabia que Marshall podía zafarse fácilmente de esas cadenas  pero para evitar mas problemas no lo hacia -Marshall no me obligo a nada, padre si estuve con el es porque quería hacerlo.... LO AMO - incluso los guardias que custodiaban al vampiro lo miraron con sorpresa pensando que estaba loco.

-IVOR WILFRED GUMBALL NO DIGAS ESTUPIDECES- nunca en su corta vida había visto a su padre tan molesto como para llamarlo por su nombre completo y mucho menos decir malas palabras.

-pa...padre, no miento yo...yo amo a Marshall por eso me entregue a el- estaba temblando aunque no sabia si era por miedo o por nervios

-NO QUIERO ESCUCHARLO, NO VOLVERÁS A VER A ESA....ESA COSA- apunto hacia donde el rey vampiro estaba hincado rodeado de guardias y encadenado de pies y manos cual si fuera el mayor de los criminales -Y TU MONSTRUO ALÉJATE DE MI HIJO, NO LE VOLVERÁS A PONER UNA MANO ENCIMA- se giro luego de hacerles una seña a los guardias para que se llevaran al vampiro fuera del castillo.

Estaba molesto, molesto consigo mismo por no poder ayudar a Marshall, de que servían tantas clases de etiqueta y modales, tantos años de formación como digno heredero a la corona sino podía defender a quien mas amaba. Apenas y podía ver por las lagrimas y su voz sonaba patética mientras intentaba dar explicaciones y argumentos a su padre.

-no se que te hizo ese demonio pero ahora estas a salvo- su madre intento abrazarlo como cuando lloraba de pequeño.

-lo ultimo que un padre quiere es ver como su único hijo es atacado por un monstruo como Marshall Lee- el rey lo miro serio y mas calmado que hace unos momentos -mantendremos esto en secreto, si llegara a saberse nuestra alianza con el lejano reino estaría perdida- 

-no puedes- negó limpiándose la nariz con la manga de la bata que fue lo único que alcanzo a tomar mientras sacaban a Marshall de su habitación en iguales condiciones -no me casare con esa chica, no lo haré con nadie que no se Marshall- incluso el mismo se sorprendió de poder decir aquello sin llorar mas.

-no lo diré de nuevo Gumball, vas a casarte mañana, yo mismo me encargare de todo- las lagrimas regresaron luego de escuchar eso, ahora todo estaba perdido.

My Sweet LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora