Saga de los Rugrats

Capítulo 7

VII. El secreto de la casa de Joseph

Después Luis llegó a su casa donde vio un rato la tele (sólo caricaturas de Nickelodeon) y vio uno de los famosos "episodios eternos" de los que le habló Alejandro, vio capítulos de Bob Esponja que en este mundo equivalen al 3853 y al 3854 (cuando él solo conocía 200) uno trató de que Bob esponja visitaba a sus padres y otros donde Calamardo se enamoraba, luego vino Kimi y le dijo:

—Joseph, ¿puedo hablar contigo?—

—¿De qué?—

—¿Estás enojado?—

—¿Por qué?—

—Por lo que dijo Fili—

—¿Qué dijo Fili?—

—Que tu historia es falsa—

—No, hasta lo olvide—

—Pero parecías que estabas enojado—

—No estoy enojado—

—Mira Joseph, tú y yo somos novios, así que debes decirme lo que te pasa—

—No me pasa nada—

—¿De veras?—

—Claro—

—¿Estás seguro?—

—Si ¿o no confías en mí?—

—Bueno... es que... pues—

—No te preocupes, no me pasa nada—

Al decir esto, Luis se recargó en un cuadro y se abrió el piso

—mira Joseph—

—¿Qué?—

—El suelo se abrió—

—¿Qué? ¿Cómo se abrió?—

—Y hay unas escaleras—

Y le dijo Luis a Kimi:

—Vamos a ver que hay abajo—

—¿Qué tal si es peligroso?—

—No creo, vamos—

—Está bien—

Y los dos bajaron por las escaleras y encontraron una especie de sótano

—Es un sótano—dijo Kimi

—Eso parece— dijo Luis

Caminaron y encontraron un apagador, encendieron la luz y había muchas cosas

—Wow— dijo Kimi

—Esto debió ser de las personas que vivían aquí— dijo Luis

Luego vieron una puerta al final del sótano

—Mira, allí hay una puerta— dijo Luis

Entraron en la puerta y era una cama y un mueble bien amoblados

—Orale— dijo Luis –Aquí podría dormir bien—

—Si— dijo Kimi

Después salieron del cuarto y sacaron algunas cosas. Al salir Luis le dijo a Kimi:

—¿Le decimos a los otros lo que hay aquí?—

—No— dijo ella –es nuestro secreto— dijo ella

—Bueno, está bien—

—¿Y si alguien la descubre?—

—Lo tapamos—

Y pusieron un sillón encima de la "tapa" del cuarto

—Listo, así no se verá— dijo Kimi

—Si— dijo Luis

Desde entonces, cuando ella venia sola a la casa de Luis, entraban a ese cuartito para platicar o jugar y así nadie los encontraba.