Hola México....

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MÓNICA....

Después de que el avión aterrizara una señora algo viejita creo que se llama Doña Tere, la verdad no recuerdo como se llama pero meh, le diré Doña Tere, bueno, Doña Tere nos llevo a la que ahora será nuestra casa, desde afuera se ve bastante grande y linda, tiene un patio muy lindo y bien cuidado y ahora estamos en la reja para poder entrar mientras Doña Tere nos explica como abrir la reja.

-A ver mi niña, debes colocar tu dedo pulgar en esta pantalla para que esta te reconozca y así puedas entrar.-me explico Doña Tere dulcemente sonriendome a lo cual yo le devolví la sonrisa haciendo lo que me pedía, la pantalla leyó mi huella y la puerta se abrió.

-¡Mamá me iré adelantando!.- exclame algo fuerte para que me escuchara tomando mi maleta que estaba junto a mi comenzando a caminar hacia la puerta de la entrada.

Después de caminar por el largo patio de enfrente observando con detenimiento todo llegue a la puerta de la que ahora es mi casa, no me sorprendió que mi madre haya elegido una casa tan grande y mucho menos con tanta seguridad, mi madre es arquitecta y la verdad es que es muy buena en su trabajo, por lo mismo a nosotras no nos falta el dinero, mi papá era policía y bueno, lamentablemente falleció un día que se metieron a robar a nuestra casa y el al intentar defendernos pues le dispararon en la cabeza, si, fue horrible y me dolió mucho perderlo, era mi mejor amigo, en fin, por eso mi madre se preocupa tanto por la seguridad y todo, por que no quiere que vuelva a pasar lo que paso.

Abrí la puerta de la entrada con la llave que Doña Tere nos dio a cada una de nosotras y entre arrastrando mi maleta detrás de mi, lo primero que vi fueron nuestros sillones y nuestras cosas, ya puestas en su lugar, continúe caminando mirando a mi alrededor sonriendo al darme cuenta que mi mamá me había hecho caso y escogió una casa rústica, el piso es de madera y las paredes de un color crema que me encanta. Luego de haber estado averiguando toda la casa escuche voces y el ruido de la puerta al abrirse así que voltee mi cabeza solo para ver a alguien correr hacia mi dirección.

-¡Quitate que iré a ver como quedo mi habitación!.-me grito Zoe empujandome al pasar a mi lado subiendo las escaleras corriendo, yo solo negué con la cabeza viendo a mi mamá la cual reía divertida y eso me hizo reír a mi también.

-¿Que te parece la casa?.-me pregunto mi mamá después de haber dejado de reír.

-Me encanta ma'-.comenté sonriendo amplio mirando a mi alrededor unos segundos antes de volver a fijar mi vista en mi mamá-me alegra que si hayas elegido el estilo rústico.

-Es que tienes razón es un ambiente diferente tener una casa de este estilo.-comento sonriendo ampliamente arrastrando su maleta de ruedas deteniendose en las escaleras-mañana inicias clase, así que sera mejor que subas a poner tu mochila.

"Esperen ¡¿Que?! Lo que yo sabía era que empezaba clases la próxima semana, no mañana, agh"

-¿Mañana? Pero yo creí que era hasta la próxima semana.-me queje haciendo un puchero involuntario-

-Lo se linda, pero es que mañana empiezan las clases y quiero que hagas amigos esta vez, y será más fácil si los haces desde inicios de clases.-me explico usando su típico tono dulce a lo cual yo solo hice una mueca suspirando muy dramáticamente-

-De acuerdo, entonces iré a preparar mis cosas.-tome mi maleta comenzando a subir las escaleras sin ganas. No me gusta la escuela, bueno ¿a que ser humano le gusta? Eso es mas que obvio, pero en verdad no me gusta, no solo por que las clases son aburridas y muy cansadas, si no por que hacer amigos no es lo mio, además de que estoy segura que como siempre Zoe va a hacer de las suyas para que al final todos me insulten como siempre. En fin.

Una historia poco comúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora