Al día siguiente llegó la despedida,aunque me dije a mi misma que intentaría volver a aquel lugar algún día.Nos subimos al coche para poder ir a la Route 66.Mientras Carlos conducia,empezó a sonar "Crazier" de Taylor Swift y me puse a cantarla,pues me encantaba.Poco a poco ya estábamos en el avión que nos llevaría a Chicago,dónde nuestra aventura comenzaba.Después,alquilaríamos una furgoneta de nueve plazas,ya que Álvaro y su novia se volvieron a España,y haríamos ese camino.Al aterrizar nos fuímos al hotel en el que pasaríamos la noche y al día siguiente,más descansados,partiríamos hacia la ruta.Chicago era una ciudad increíble,cómo pudimos comprobar,y cenamos en una hamburguesería,dónde la comida estaba realmente deliciosa,y Carlos probó todo lo que quería.A la salida empezamos a sacarnos un montón de fotos,para tener de recuerdo y poder verlas algún día y recordar el momento.Después,volvimos al hotel para descansar,pues estábamos agotados del viaje y del paseo por la ciudad,aunque todo había valido la pena.Lo único que me preocupaba era que echaba de menos el rancho,pues me había divertido mucho allí,y había conocido a gente increíble y de muchas partes del mundo,y los momentos con Carlos habían sido mágicos,cómo el del lago o en el rancho,aunque todos los momentos junto a él lo eran.Además,nuestros amigos estaban allí,por lo que todo sería aún mejor y más divertido.Una gran aventura nos esperaba,y no pensábamos perder ni un sólo minuto,lo disfrutaríamos al máximo
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Al día siguiente me despertó un beso de Carlos.Cogimos nuestras cosas y bajamos a la puerta,dónde los demás ya estaban esperándonos en la furgoneta
Ana:¿Traeis suficiente chocolate para el viaje?
Antía:Si,tranquila,hay para todos si no nos lo comemos Carlos y yo antes,jajaja
María:Pufff,creo que nos quedamos sin probarlo eeeh,jajaja
El viaje transcurrió entre charlas,risas y canciones,y ese día fué increible.Los chicos cantaron varias veces durante el viaje,y nosotras los escuchábamos encantadas,pues esas voces nos seguían enamorando cada vez que las oíamos