Vecinos molestos.

Ruidos molestos.

Misaki: *luego de leer el fic* Seré el protagonista, qué ascenso.

Tsubasa y Genzo: *sonrojados* ¿Somos tan ruidosos?

Misaki: *hace un facepalm* yo sé que ustedes no están bien desde que empezó el año, pero por favor, se los escucha hasta en la Antártida.

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Captain Tsubasa pertenece a Yoichi Takahashi, yo solo tomo a sus personajes para este divertido two shot.

Se me ocurrió esta historia porque siempre bromeo con que Tsubasa y Genzo tienen relaciones se escuchan sus gemidos (pobres de los demás).

Disfruten la lectura.

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Era otro día de verano en la ciudad de Nankatsu, el sol era tan fuerte que las personas no salían de sus hogares. En un edificio una persona estaba ayudando a otra a limpiar su departamento.

– Muchas gracias por ayudarme, Misaki – agradeció Tsubasa mientras ponía ropa en el placar.

– No hay de que – dijo con una sonrisa –. Así que tu novio vivirá contigo a partir de mañana.

– Sí, ya quiero que esté aquí – se sonrojó –. Se suponía que vendría hoy pero por la tormenta su vuelo se retrasó.

– Qué envidia te tengo – comentó –. Como me encantaría que Matsuyama viniera a quedarse conmigo aunque sea un fin de semana.

– Bueno, es una suerte que Genzo consiguiera trabajo aquí – aumentó su sonrojo –. Si Matsuyama te llega a visitar avísame así salimos los cuatro.

– Cuenta con eso.

– Pero eso sí, no vayamos a ver un partido de fútbol que Genzo tiene fama de ser piedra – estalló en carcajadas –. Recuerdo que cuando fuimos a ver a un equipo que nunca perdía, adivina, perdió – se agarró el estómago –. Nuestros compañeros de clase dijeron que si lo veían en el estadio lo sacarían a patadas.

– Ya entendí, sales con el rey de las mufas – una gotita cayó por su frente.

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Misaki estaba acostado en su cama leyendo un manga que había comprado esa misma tarde. Era casi medianoche por lo que pronto pararía la lectura y se dormiría.

– ¡AH! – un grito se escuchó desde el otro lado de la pared.

– ¿Tsubasa? – alarmado se levantó.

– ¡NO! – aquello lo preocupó aún más, pensaba que su amigo estaba en peligro –. ¡NO PARES! ¡MÁS RÁPIDO! – de acuerdo, eso ya extraño –. MÁS FUERTE... MÉTELO HASTA EL FONDO...

– Un momento – recordó que había acompañado al menor a recibir a su pareja hace unas horas, y que además estos estaban algo calenturientos, eso solo podía significar una cosa –. ¿ES UNA BROMA? – sí, aquellos ruidos eran gritos de placer de Ozora –. Entiendo que no lo hayas visto en cuatro años, pero hay gente que está tratando de dormir.