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03:48 a.m

La risa de ambos jóvenes ebrios se escuchaba por los pasillos de la recepción del hotel y el sonido de sus ropas mojadas también.

—Señorita Valeri, está toda mojada —un recepcionista del hotel seguía a la rubia y su acompañante preocupado de como quedarían las alfombras del hotel.

—Lo sé, pequeño Erick —la risa de la muchacha mostraba en evidencia lo ebria que estaba.

—¿Desea que la acompañe? —la preocupación en la voz de Erick era bastante obvia.

—No —la ebriedad de ambos jóvenes lograba que no pudieran pronunciar bien sus oraciones —Nosotros podemos solitos. Solo llévame varias botellas a la habitación.

Ambos jóvenes, así empapados como lo estaban por la lluvia de afuera, siguieron caminando hasta toparse con las escaleras, las cuales se encontraban con unas luces bastantes bajas debido a las altas horas de la noche. Comenzaron a subirlas, con un poco de dificultad, pero lo lograron.

El alcohol tenía extraños efectos en Roy, por ejemplo: la valentía, lo que lo llevó a acorralar a la rubia contra la pared de las escaleras mientras besaba su cuello, también algún beso bastante húmedo, una lamida y hasta mordeduras que luego seguramente dejarían marcas.

La calentura entre ambos se sentía bastante y se notaba también es como la muchacha se retorcía de placer cuando el morocho acariciaba sus largas piernas y las ponía sobre sus caderas.

No podían quedarse allí, alguien podría verlos, por lo que Roy tomó ambas piernas de la rubia alzándolas a sus caderas y mientras se acomodan trataban de seguir subiendo hasta la habitación.

No sabemos exactamente cómo es que ambos encontraron la habitación correcta, pero lo hicieron. Cuando entraron una de las típicas mesas de catering estaba en la habitación adornada por un montón de botellas de contenido alcohólico.

Al llegar, Valeri se despojó del pequeño vestido negro que llevaba puesto, dejando a la vista de Roy un conjunto de ropa interior del mismo color adornado por encaje.

Algo se encendió en él.

Mientras la rubia servía copas vió que su acompañante quería realizar una acción parecida a la suya, simplemente que no lo lograba por la gran cantidad de alcohol que tenía en sangre.

—Déjame ayudarte —Valeri se acercó a Roy y le entregó una copa de lo que parecía ser champagne y mientras el morocho bebía la rubia iba desabrochando su camisa azul mientras dejaba pequeños besos en su pecho desnudo, dejando así marcas del fuerte labial rojo que llevaba puesto.

No terminó de sacar la camisa que comenzó a desabrochar el pantalón del jóven, logrando que de cayera al piso. Lo tomó de la mano y lo guío hasta la gran cama matrimonial, pero tropezaron con algo en el camino y Valeri acabo tirada en la cama y Roy en el piso golpeando su cabeza.

Y las risas volvieron a un inundar la habitación.

Y así pasaron su noche, bebiendo, algún que otro beso y caricia, más alcohol y risas hasta posiblemente las cinco de la mañana cuando a ambos le agarró sueño y se recostaron a dormir.

Y a pesar de estar muy ebrio y de saber que todo aquello era un error porque no conocía a esa mujer, Roy sentía que se enamoraba de lo que le hacía sentir.

English Love Affair (ONO #1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora