CAPÍTULO ÚNICO

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Había ocasiones en las que Jimin se sentía realmente triste, frustrado. Simplemente se hartaba de ser el "chico más popular de la escuela", se cansaba de esa vida fingida, completamente ajena a él. Odiaba la sensación de desprecio, el saber que lo que todos amaban era una simple actuación y no su verdadero yo. Odiaba saber que no era querido por nadie, que sus profesores lo idolatraban por tareas que él ni siquiera hacía, que sus amigos lo querían por hacer bromas tan "divertidas" de los demás mientras que a él no le causaba gracia ni le nacía burlarse de las personas, que sus padres vivían orgullosos de él por tener por novia a la chica más bonita del colegio cuando a él ni siquiera le atraían las mujeres. Odiaba fingir, pero lo que más odiaba era que las personas prefirieran mil veces a ese ser fingido que al Park Jimin real.

Es por ello que apenas tocó la campana del receso, huyó de su salón de clases sin dirigir palabra alguna a sus amigos o a su novia. Ellos se miraron extrañados, pero no hicieron ni el más mínimo ademán de seguirlo.

Se detuvo bajo un árbol y ahogó un sollozo. Las lágrimas no tardarían en caer, por lo que debía encontrar un escondite. No, no le gustaba fingir, pero tampoco se sentía capaz de dejar de hacerlo. Le tenía terror a volver a ser rechazado como en sus años de infancia, cuando el acoso que recibía en la escuela fue tanto que tuvo que dejarla y comenzar a estudiar en casa.

Miró hacia arriba del edificio y, sin pensarlo dos veces, corrió hacia la parte trasera para subir por las escaleras de emergencia para llegar a la azotea.

—Vaya vaya, Park, ¿huyendo de nuevo?

No, no era la primera vez que Jimin se encontraba en esa situación, como tampoco era la primera vez que se encontraba con Jeon Jungkook en ese lugar.

Asintió de manera penosa a lo que el menor le hizo un gesto con la mano para que se sentara junto a él, recargándose en la pared de una pequeña bodega que suponía era del conserje.

—Ya te he dicho que dejes de hacerlo, fingir ser alguien que no eres no sirve de nada —dio una calada a su cigarrillo y continuó —. Mándalos a la mierda, así es como debe ser.

—Lo he intentado —murmuró el mayor, mirando el humo subir —. Pero no puedo, me da miedo, no quiero volver a ser golpeado —sorbió su nariz.

Jungkook soltó una risita sarcástica.

—¿Y prefieres golpear a la gente?

—¡Claro que no! —respondió Jimin alterado —. Yo me he burlado de algunas personas ¡Pero nunca he golpeado a nadie!

—Los golpes también pueden ser emocionales, Jimin —soltó el humo frente al rostro del mayor y éste comenzó a toser —. Es como ahora, yo estoy fumando y el humo te daña también a ti, aunque no te esté haciendo nada directamente.

—Yo... —miró hacia el cielo, antes de susurrar con voz rota —. Lo siento.

—No es a mí a quien debes pedir disculpas.

Jimin se cruzó de brazos y le quitó el cigarrillo, aplastándolo en el suelo, apagándolo, sin importarle el ceño fruncido del chico de pelo largo.

—¡Deja de hacer como si no te hubiera dañado, Jungkook! —le gritó, el menor suavizó su mirada pero seguía sin inmutarse —. ¡Maldición, te engaño frente a tus propios ojos! ¡Salgo con Yuna y tú no haces nada, no me gritas, no me golpeas! —tragó duro, viendo la mirada dolida del chico a su lado —. N-No me dejas...

—¿Quieres que te deje? —preguntó, analizando la expresión del mayor. Sabía que quien debía sentirse como la mierda era él. Quien estaba siendo usado era él. Pero quien estaba sufriendo era su novio —. Dime, ¿quieres que terminemos?, ¿quieres que nos separemos?, ¿quieres que me aleje de ti?

APARIENCIAS  「 Kookmin 」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora