𝑩𝒊𝒈 𝒉𝒂𝒏𝒅𝒔 《TᴀᴇGɪ》 ©

XVI

YoonGi se encontraba sumido por completo en sus pensamientos, sentado como siempre solo en una esquina del aula, acabando una tarea que debía entregar el día de hoy y no había hecho, sin notar que, un alto muchacho castaño y de sonrisa cuadrada, se acercaba a él con intención de hablarle.

—Así que, tú eres mi admirador, ¿no? —golpeó suavemente el escritor contrario con sus manos, sorprendiendo así al rubio.

—T-tú, me estás hablando... Estás aquí, parado frente a mí... No lo puedo creer. —genuina sorpresa era lo único visible en la cara del pálido. TaeHyung estaba viéndolo con una adorable sonrisa algo aniñada, dibujada en ese rostro que lo derretía al instante.

—Pues sí, diría yo que efectivamente estoy aquí parado, hablándote y encandilándome con tu belleza en el proceso. ¿Te habían dicho antes que eres realmente hermoso? ¿Y también perfecto para ser mi novio? —ésta vez, su sonrisa se transformó en una más coqueta y juguetona. Tirando los piropos más básicos que sabía. Lo hacían ver torpe, y ser torpe era su mayor encanto.

—N-no, normalmente suelo espantar a las personas de buenas a primeras, así que... Nunca me lo habían dicho. Y sobre lo otro... Wow, jamás imaginé que quisieras algo conmigo. —timidez predominaba en la voz de YoonGi, estaba bastante nervioso en verdad. Sus finas piernas le temblaban bajo la mesa y sus manos estaban super inquietas, al igual que sus ojos, los cuales no paraban ni por dos segundos concentrados en el mismo lugar.

—¡Pero si eres un chico muy precioso! —las manos de Tae fueron directo a acariciar las mejillas de Yoon, haciendo a éste sonrojar brutalmente, y conectar, por primera vez, su ojos con los del alto por más de unos instantes. Eso lo puso aún más nervioso, enviando una fuerte corriente por todo su cuerpo, que lo hizo temblar aún más. —¿Cómo no encontrarte lindo? Si de seguro hasta cuando te enfadas eres tierno. Me encantaría verte en todas tus facetas, y cuando digo todas, son realmente todas.

—Basta, —el bajito tomó las manos de Tae y las retiró con lentitud de su cara, dejándolas nuevamente sobre la mesa. Sus ojos hasta se comenzaron a aguar un poco, por lo emocionado y asustado que estaba a la vez. —¿o acaso planeas matarme con una taquicardia? Mi pecho ya duele de tan nervioso que estoy. —sonrisillas tontas se le escaparon, mientras bajaba la cabeza, la situación le recordaba a los dramas que veía su madre.

—Owww, ¿ves como eres precioso? Quiero comerte a besos. —el castaño no midió para nada sus palabras y acabó matando ahí mismo al más bajito.

—Espera aquí un momento... Ya regreso. —YoonGi se paró lo más tranquilo que pudo de su asiento, salió casi serio del salón, y, apenas la puerta de éste se hubo cerrado a su espalda, la seriedad fingida se esfumó. Soltó el grito más agudo y feliz de su vida entera, al mismo tiempo que saltaba de alegría. No podía creer que su crush acababa de decirle tierno y que se lo comería a besos, además de sus muy descaradas insinuaciones. Qué hermoso resultaba todo, era muy perfecto para ser real. Limpió un poco sus ojos, quitando las lagrimitas que le estorbaban, masajeó un poco sus calientes y adoloridas mejillas, porque ya le dolían de tanto sonreír, e intentó calmar las emociones un poco.