FIN [EPÍLOGO]

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Años después

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Años después

—¡Kim HaNeul! —un muy molesto YoonGi regañaba a gritos a su hija mayor, la cual se negaba a limpiar su habitación. —¡Levanta ahora mismo todo tu desastre del suelo, ya arregla éste chiquero de una vez! ¡No lo puedo creer! Ni tus hermanitos me dan tanto trabajo como tú. Hija, por Dio- —un gran estruendo lo calló de repente. ¿Qué habría pasado ésta vez?

YoonGi dejó un  momento los reproches a la adolescente y salió de su recámara, para ir a investigar la causa del ruido, acabando en la cocina, encontrando a su esposo e hijo menor llenos de lo que parecía ser harina por todas partes.

—TaeHyung... MinJae... ¿¡Qué diablos hicieron en mi cocina!? —Yoon ya estaba muy histérico, ver su preciada cocina completamente sucia lo volvía loco. En realidad, tener suciedad en cualquier parte de su casa, lo ponía de mal humor.

—Fue él. —acusó rápido TaeHyung a su hijo más pequeño, apuntándole con un dedo, mientras aún veía con miedo las llamas furiosas arder en los ojos de su esposo.

—¡Mentira, papi, fue papá! Él lo hizo. —el nenito se defendió de su molestoso padre y corrió a que su papi lo tomara en sus brazos. YoonGi lo levantó del suelo, abrazando a su pequeño contra sí, llenando su ropa también de harina en el transcurso.

—Voy a bañar a JaeJae y hacerlo tomar su siesta. Cuando vuelva, quiero ver ésta cocina brillando, el cuarto de HaNeul ordenado y a JeongWu y GeonWu con sus tareas terminadas. Te lo advierto, Kim... Ya sabes que con mi cocina no se juega. —y así, YoonGi se fue directo a bañar a su hijo, mientras un desesperado TaeHyung intentaba encontrar por la casa a sus gemelos, para que se pusieran a estudiar y de paso buscaba las cosas de limpieza, para poder comenzar a limpiar todo el desastre.

—A ver, hijos míos, si no quieren que todos nosotros acabemos a 20 metros bajo tierra, les sugiero que nos pongamos a hacer lo que gruñón dijo. —Tae por fin había encontrado a los traviesos niños, por suerte, también las cosas de limpieza. Tenía en su cabeza la cubeta a modo de casco, en una mano el trapeador y en la otra la escoba con la que YoonGi de vez en cuando lo golpeaba. —Ustedes dos, váyanse a la sala con sus cuadernos a hacer las tareas ahora mismo, cuando termine de limpiar, y de persuadir a su hermana para que también limpie su cuarto, los ayudo. Niños, rápido, corran. —los risueños gemelos asintieron y fueron por sus cuadernitos y lápices para ponerse a trabajar. Mientas tanto, Tae se dirigía a enfrentar una nueva batalla; su desordenada hija.

—Hoola, con permiiso, princesita de papáa

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—Hoola, con permiiso, princesita de papáa. Vengo en son de paz, a pedirte, por favor, que organices tu habitación, ya que papi gatito está sacando las garras y pronto nos asesinará a todos sino. —su hija lo miró de arriba a abajo, divertida, jamás se tomaría en serio a su tonto padre.

—¿Y qué gano a cambio? —chantajista igual que YoonGi había resultado la chica.

—¿Acaso vivir un día más no te es suficiente? —respondió sarcástico TaeHyung, pero a su hija no le hizo gracia, ella quería algo por su esfuerzo y se lo hizo saber con una mirada seria. —Está bien, te daré la tarjeta del tío Jin para que salgas de compras con tus amigas. —y así, señoras y señores, es como la adolescente fue convencida.

Tae salió disparado de la habitación hacia la cocina, lo más rápido que la cubeta en su cabeza le permitió. Reconoció que no fue muy buena idea correr con algo tapando su visión, al chocar con el marco de la puerta y casi caer, de no ser por la escoba que lo ayudó a sostenerse.

—Bien, bien, bien. Ahora, agua, jabón, algo de limpiador y mucha fuerza de voluntad. Manos a la obra. —sección por sección, fue limpiando todos los rincones de la cocina. Cada mueble y losa del suelo, debían estar desprendiendo destellos para cuando su bello esposo volviera con ganas de matar.

Unos cuantos e infinitos minutos fueron lo que le tomó a TaeHyung limpiar absolutamente todo, acabó agotado. No era fácil deshacerse de la maldita harina, que ni siquiera sabe cómo carajos terminó arrojando por toda la habitación por accidente.

—Ahora, con los gemelos. —atravesó su casa hasta llegar a la sala de estar, allí se encontró con sus tiernos pero demoníacos hijos dormidos en el sofá... Y hubiese sido una hermosa imagen, si YoonGi no se estuviera acercando peligrosamente a ellos y los cuadernos de tareas no estuvieran ambos en casi completo blanco... —Ay, maldita sea. —cerró con miedo sus ojos, empezando a hacer miles de plegarias para no ser asesinado allí mismo.

Pero, en lugar de gritos, golpes, insultos y castigos, lo que se llevó Tae fueron unos cuantos tiernos y amorosos besos de parte de Yoon.

—¿Te había dicho antes lo sexy que eres cuando haces lo que te ordeno? —Yoon rodeó el cuello de su alto esposo como pudo y rozó con su mejilla el pecho éste. —Si quieres, podemos ir a nuestra recámara a jugar un rato, Jae está dormido, los pequeños demonios también, y estoy seguro de que HaNeul estará encerrada con su música a todo volúmen. —se separó de su esposo, el cual estaba muy sorprendido, y se fue rumbo hacia su habitación, contoneando seductoramente las caderas al tiempo que desabrochaba su camisa.

—Y yo que pensé que me iba a reventar la existencia. Qué gran premio recibo a cambio de ser idiota, creo que lo haré más seguido. —hablar solo ya era algo normal en TaeHyung.

Sin más dilación, fue corriendo tras su pareja para tener un momento de acción antes de que sus hijos pequeños volvieran a despertar. Escuchándose solo el portazo entusiasmado detrás de él.

Esa extraña familia que se formó inesperadamente, resultó muy feliz al pasar de los años. Quién diría que los tórtolos Kim TaeHyung y Min, ahora Kim, YoonGi, se casarían y con el tiempo adoptarían a sus cuatro preciosos y amados hijos.

La vida había dado muchas vueltas, pero la que mejor dio, fue la de unir las manos de aquéllos jóvenes enamorados en el altar, la de unir esas amplias manos de Tae con las más pequeñas de Yoon, formando así,  la combinación más perfecta existente y por existir en todos los tiempos.

𝘕/𝘈: 𝘠 𝘦́𝘴𝘵𝘦 𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘧𝘪𝘯!! 𝘕𝘰 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘦𝘯 𝘤𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳, 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘢𝘯𝘵𝘢!

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𝑩𝒊𝒈 𝒉𝒂𝒏𝒅𝒔 《TᴀᴇGɪ》 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora