¡Hola! Esta historia se divide en dos partes. Aquí subo la primera y espero que les guste.
What You Mean To Me
Erik amaba a Charles con locura. Desde el instante en que lo rescató de las aguas en su vano intento por detener el submarino de Shaw, Erik Lehnsherr palpó la tensión sexual que había entre ellos. La siguió sintiendo el tiempo que trabajaron para la CIA, cuando entrenaron en Westchester y, luego, tristemente vino lo que él llamaba "el divorcio cubano" y se tuvieron que separar. Se había enterado por Sean que ahora, seis meses más tarde, Charles había mandado a la entrometida Moira de regreso a sus oficinas en Washington y estaba viviendo solo con Hank en su mansión. Se encontraba confinado a una silla de ruedas pero no le guardaba rencor. Erik, por su parte, no se perdonaría jamás haber desviado la bala hacia atrás pero seguía culpando a la incompetente Moira por haberle disparado sabiendo que Charles estaba detrás de él porque Erik no lo había visto. De haber sabido que su mejor amigo estaba parado a sus espaldas, ¿habría sido tan estúpido en enviar el proyectil hacia atrás?
Erik caminaba por las calles de Nueva York con las manos dentro de los bolsillos del saco, con una boina en la cabeza y botas para protegerse del frío. Todavía no había nevado pero para esa noche estaba anunciada una fuerte nevisca. Había decidido ir a Westchester a eso de las cinco, platicar con Charles y, si sus planes salían bien, se quedaría allí a pasar la noche, y si los planes salían mal, permanecería allí hasta convencerlo. Erik sonrió maquiavélicamente porque cuando algo se le metía en la cabeza, no había manera de quitárselo hasta que lo consiguiera y desde que lo conoció en el agua, Charles se había introducido en su mente de una manera muy especial; más allá de la telepatía y de la razón, Charles ocupaba cada rincón de su cuerpo.
Pasó junto a una joyería y la sensación metálica lo hipnotizó frente a la vidriera. Había tantos anillos, collares, pulseras, una pieza más bella que la otra. Pero Erik no tenía ni un dólar, tampoco iba a entrar a robar porque Charles jamás aceptaría un regalo requisado con violencia.
Se le ocurrió una idea, pero no podía desarrollarla en medio de la calle. Fue hasta un baño público, se cercioró de estar solo, acto seguido, trabó la puerta principal con su mirada y se dispuso a poner manos a la obra. Se quitó la cadenita que siempre llevaba colgada con el relicario con las fotos de sus padres, cortó un extremo y formó una delgada sortija de plata. Ya estaba, tenía el regalo adecuado para visitarlo.
El bus hacia Westchester lo dejó a una legua de la mansión. Hacía frío y Erik se subió el cierre de su saco hasta el mentón. No le quedaba más opción que caminar. Cuando llegó, tocó el timbre del portón con fuerza y Hank lo atendió por el interruptor.
-¿Erik? – preguntó su voz desde la máquina -. Bueno, espera, eh, Charles. . . Charles está con un invitado pero. . .
-¿Vas a dejarme pasar o arranco el portón? – contestó Erik en un tono nada amigable.
-Sí, Erik, sí – afirmó el joven nervioso -. Espera que ya te abro.
Hank llegó con un gran manojo de llaves, de esas de los cuentos góticos que abren los calabozos de los castillos. Erik estaba dando saltitos por el frío y si no se apuraba definitivamente arrancaría la reja. Pero el joven fue veloz y pronto recorrieron la avenida y llegaron hasta la puerta principal.
-¿Quieres acercarte a alguna chimenea? – sugirió Hank, mientras lo dejaba pasar -. Yo estaba en la biblioteca así que esa está encendida.
-Quiero ver a Charles.
-Está con un invitado tomando el té.
Erik miró su reloj de pulsera: claro, las cinco y cuarto. Charles era tan británico a pesar de haber crecido en Nueva York porque su madre era escocesa y le había legado la costumbre.
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What You Mean To Me. (Cherik)
RomanceErik quiere declararle a Charles lo que siente por él pero las cosas no salen cómo las había planeado.