Mi Diario De Vida

Parte 2

Hoy, con 17 años, me preguntó como esa niña que apenas comenzaba a escribir y a vivir llego al punto en el que estaba. Como lo permitió poco a poco, como fue cediendo hasta caer a lo más profundo.

Ese tamaño pequeño, fue cada vez más pequeño, cada vez más frágil, cada vez mas muerto, cada vez con más hambre y cada vez con más huesos a flor de piel. Vivió el infierno, ella se asomó, miró y entró, después el diablo hizo lo que quiso.

Esa familia bien constituida que creía tener, nunca ayudó, nunca notó que su nena se cortaba, que su nena no comía, que su nena lloraba, que su nena no salía, que su nena no quería vivir, que su nena intento cumplir sus deseos, intentó ser suficiente y no pudo, que se frustraba, que no quiere ser eso que todos esperan.

Esos amigos que creía tener, cuando los necesitó nunca estuvieron, los llamó y nunca respondieron, los esperó y nunca llegaron. Solo se tuvo a ella misma, era ella y sus heridas, ella y su sangre derramada en el baño, ella y sus lágrimas. Era solo ella y lo peor es que todo el tiempo era ella contra ella misma.

Lamentablemente ese modo de amar lo clausuró, lo dejó guardado en algún baúl bajo llave.
También construyó una coraza impenetrable para que nadie la lastime, pero lo único que consiguió fue seguir haciéndose mas daño a si misma. Cada día se alejaba mas, hablaba menos, vivía menos. Optó por apagar todas las emociones felices, dejó de reír, de querer, de asombrarse, de desear y anhelar, dejó de intentar ser feliz todos los días. Se dejó morir, apagó su alma, su brillo, su chispa y su esencia. Dejó de ser ella, se dejó asfixiar por su corazón roto, el dolor, las lágrimas, el odio, el rechazo, el rencor y todo el miedo.

Siguió decepcionandose hasta que su corazón estuvo lo suficientemente roto como para dejar de querer intentar, no confió más en nadie, dejó de esperar milagros y no creyó en el palabrerío de los demás.
Siguió con el mismo pensamiento, de dar todo o no dar nada. Solo que ahora no daba nada por nadie, le dió la espalda a todo aquel que se le presentaba. Ignoró todo hasta ser completamente fría como el hielo. No confió más, ella pensaba que esto era igual a no tener mas desilusiones o decepciones, pero se equivocó porque se falló a si misma, se convirtió en ese ser andante que nada lo afectaba, que nada le movía las pestañas, que nada sentía y nada disfrutaba, se convirtió en todo lo que nunca quiso ser, se convirtió en esas personas que la lastimaron, se volvió igual o peor, porque todo lo que tocaba lo cortaba profundo haciendo difícil que vuelva a ser lo que una vez fue.

Ya nadie la envidió, porque ahora era fea, era muy flaca, tenia muchas marcas en su cuerpo, lloraba mucho, se le notaba en la cara la tristeza, ahora tenia ojeras todo el tiempo, ya no salía y siempre tenía esa actitud horrible de alejar con dos palabras a cualquiera que quiera ser amigable con ella.

Ya nadie pensó en ella como una buena niña, ya era mala, de mal carácter, se enojaba rápido, andaba siempre con grandes y oscuras ojeras, con mala cara, el rencor se le notaba en la mirada, en su actuar.
Y no, no pudo salir sola, alguien estuvo, pero esa ya es otra historia...