La Legión de la Luz

Jully

Cerca del día 6, el último día que estuve en la cafetería, hubo una pelea en una de las mesas, entre una pareja. Las personas al rededor se asustaron, así que tuve que intervenir. Me acerqué para pedirles que se calmaran, pero el varón salió corriendo furioso, y la dama se quedó llorando en la mesa. Le pregunté a la chica si estaba bien, y le ofrecí un café de cortesía para que se relajara.

Nunca me habían interesado las chicas, pues siempre estuve muy centrado en mis estudios, y en ese mismo momento en mi trabajo. Pero aquella mujer me pareció realmente atractiva, y no dude en intentar calmarla. Me respondió con una sonrisa, una hermosa sonrisa, que transmitío paz y luminiscencia a mi alma.

Al terminar el café, se me acercó y me dijo: "Espero verte más seguido por aquí"
Pero le precise que ya no me vería más, así que le propuse que habláramos después de mi trabajo. Quedaba claro que el romance no era lo mío, pero con aquella chica, el amor del que muchos me hablaban comenzaba a tener sentido.

Se llamaba Jully, y lo que sentí por ella no se volvió a repetir nunca. Pasábamos días y noches enteras juntos. Tenía un departamento cerca de la Universidad, por lo que la visitaba muy seguido.

La cosas funcionaron desde el día en que la conocí y no quería que mi felicidad terminará, ni siquiera me lo planteaba como una posibilidad. Era la nueva luz en mi vida. Ella era única, y al mismo tiempo, era mi complemento, una fuerza opuesta, pero que me hacía sentir vivo.

Creció en una familia adinerada, e ingresó al Colegio Superior en Ur, era realmente una genio. Le apasionaba el arte visual, algo a lo que yo era insensible, pues nunca me llego a transmitir alguna emoción. Le interesaba la Historia, o bueno, los pocos libros que existían. Nos enrolabamos en conversaciones profundas sobre biología y física, yo la admiraba por ser tan sabía, al parecer ella también quería darle sentido a su existencia. En ese momento mi realidad verso en su presencia, y todo en mi vida parecía involucrarla a ella, ella era mi existencia. Se entrelazó con todo en mi vida !Un error garrafal!

Era de pensamiento muy liberal, y tampoco dudaba en hacer el bien al prójimo. Ayudaba a las personas pobres, aunque ella estuviera corta de efectivo, siempre lo hacía. Era muy noble, y honesta, una mujer que deslumbraba con sus virtudes. No sabía realmente porque aquel chico la había abandonado en la cafetería, y ella nunca me lo contó, me decía que: "no tiene importancia recordar a las personas que te lastimaron, y tampoco tenerles algún tipo de rencor, la vida es muy corta y es mejor estar con la personas que amas mientras se nos permita".
Sin duda, ella era mi guía, y me había convertido en su fiel seguidor.

No podía abandonar a Fred, y me inmiscui en las actividades  delictivas debido a eso. Por las noches, tres veces a la semana, repartía con Fred en los barrios más bajos de Ur. Y ella nunca se enteró de todo lo que hacía, pues recorría lugares de tal grado de depravación y hostilidad, que cada día temía por mi vida, y no quería decepcionarla. Llegue a conocer al jefe y a sus allegados, llegue a temerle, y no sentía que estaba en el camino correcto. Necesitaba dinero, quería impresionar a Jully con regalos, y con cenas, aunque para ella eso nunca fue importante, ya que con mi presencia le bastaba. Sin embargo yo empezaba a plantearme una vida a su lado, por lo que necesitaría mucho dinero, porque yo quería hacerla muy feliz.

El día 25 la visité en su departamento, como lo hacía cada fin de semana. Sin embargo, algo no estaba bien, ella no tocaba su comida, y yo me comenzaba a preocupar por su actitud antipática y hasta grosera. Enseguida le pregunté por lo que pasaba, ella no me respondió, y hasta pensaba en marcharse. Yo fui tras de ella y la sujete fuertemente, de pronto se lanzó hacia mis brazos con un llanto incontenible. Me partió el corazón verla así, pero su respuesta fue mucho peor, y puso toda mi vida en jaque.

Ella me explicó lo que le sucedía: " Estoy preocupada por ti, sé que estas en malos negocios, lo sé porque mi padre me lo contó todo, los vecinos también lo saben, te han visto ¿Por qué no me lo contaste?  ¿Qué no confías en mí?... Sabes, quiero que dejes esos negocios ahora mismo será lo mejor para ti"

Yo sabía que no era una mala persona, pero la facilidad del dinero me había corrompido, y había lastimado a la única persona que yo amaba. Pero eso no fue un buen discurso para los tipos que me daban la mercancía, no lo fue en absoluto. Me amenazaron con dañarla a ella si no continuaba, ¡no sabía que hacer! Podían lastimarla o algo peor si yo no accedía a trabajar, pero ella no aceptaría estar con un criminal como yo.

El error más grande de mi vida, uno que lamentare por siempre. Fred me dijo que lo más sabio que podía hacer, era alejarme de ella para mantenerla a salvo. Yo la amaba, y su bienestar era lo único que me importaba, así que de un día a otro deje de visitarla, y le dejé una carta en su puerta explicándole la situación. Me refugie con Fred para que ella no pudiera encontrarme, le rompí el corazón, y sabía que no tendría su perdón nunca. Solo soñaba con el día en el que me liberará de esas cadenas.

Había perdido otra luz en mi vida, y días después perdería a otra. Una que siempre había estado ahí, pero que jamás valore lo suficiente.

El día 29 fuimos a entregar mercancía, como cualquier otro día. Pero algo no estaba bien, desde la tarde los Interestatales habían rodeado la zona, y eso no pintaba nada positivo. Estábamos frente a un nuevo comprador, el cual no nos tenía nada de confianza. Se notaba la tensión en la piel, por la movilización externa, y porque el cliente llevaba muchos matones para su seguridad.

En el punto climax de la venta, hubo sobresalto en las calles, y mucho ruido, como de aviones gigantescos, como de bestias mecánicas salidas de mis más locas pesadillas. Automóviles, explosiones y ruidos extraños se escucharon, y todos en la habitación corrieron a cubirirse. De pronto, algo pasó sin aviso, ¡Uno de los matones había disparado contra Fred! ¡Maldita sea! ¡Un accidente por la conmoción!

Me llene tanto de furia que iba a arremeter contra el desgraciado, pero en lugar de eso fui con Fred. Había recibido un disparo en el pecho, pero siguío con vida unos segundos más. No recuerdo lo que pasó enseguida, pues los vitrales gigantes a mis espaldas se rompieron cuando algo los cruzó y me dejó entre los escombros.

No sé lo que pasó con los demás, lo único que recuerdo es que vi a un hombre, con armadura, y con alas luminiscentes.  No se parecía a nada que hubiera visto antes. Aquel hombre me saco de ahí, y me subió a una especie de avión de 4 alas. Un avión bastante extraño, de una tecnología de propulsión que no conocía. Ahí fue cuando caí en un profundo sueño, supongo que fue la contusión la que me hizo caer al final.