Estaré ahí

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* 34 escritoras, 7 grupos y 7 fotos de temática distinta con la que desarrollar una historia. En mi caso la foto a seguir es esta.

Antes de que empecéis con la historia, quiero explicar que está basada en hechos y datos reales

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Antes de que empecéis con la historia, quiero explicar que está basada en hechos y datos reales. Durante la obra, iréis encontrando fotos que os ayudarán a situaros y a poder comprender mejor todo lo que quiero transmitir con este OS.
Estoy muy nerviosa porque es un tema muy importante para mí, y espero haber sido capaz de reflejar con justicia todo lo que significa.
Sin más, os dejo leer. Ojalá os guste tanto como a mi escribirla y vivirla.*


«Ya está el rugido del Sur en la voz, ya está rompiendo el dolor el tambor»

Ares (Los carnívales)


🎭 🎭 🎭


Un pequeño chirrido al abrir la puerta le daba la bienvenida y siempre pensaba lo mismo, "Antes de irme tengo que echarle aceite", pero nunca se acordaba.
El sonido de sus pasos contra la madera de las tablas que formaban aquella mágica caja escénica era la banda sonora que precedía a su momento favorito.
Con suma delicadeza levantaba la palanca del cuadro de luces, haciendo que aquel teatro cobrara vida ante sus ojos, dando comienzo a la función de su día a día.

Llevaba 40 años siendo el regidor del Gran Teatro Falla, un sitio único considerado casi un templo a la libertad, algo que para él siempre había sido guía de sus pasos.
Era el primero en llegar y el último en irse. Respetado y querido por todos. Y a sus 70 años, ejemplo de trabajo y bondad.

Pensar que aquel sería el último día que vería aquellas cortinas rojas le provocó un pinchazo en el estómago, por eso se permitió unos segundos. Se colocó en el centro del escenario y repasó con la vista toda la inmensidad que tenía delante.

La primera vez que pisó ese teatro nunca imaginó todo lo que le regalaría. Fue su única razón para vivir durante mucho tiempo. Se aferró a su profesión como si fuera su tabla de náufrago. Hasta que llegó su hijo iluminando toda aquella oscuridad que la vida le impuso.
Sentía una absoluta gratitud hacia cada palco, cada butaca, cada banco de aquel gallinero que, si se concentraba, podía oirlo rugir.
Elevó la vista hasta el techo y allí estaba. Aquel fresco que representaba el paraíso. Nada podía definir mejor ese lugar que aquella pintura.

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