Capítulo III

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Sigo sola.

Hace ya bastante tiempo que te fuiste para quedarte con esa chica, y yo sigo en el mismo lugar, esperando algo diferente, lugar en el que creo que estaré siempre, si es que no comienzo a cambiar esta actitud idiota de mi parte, pues sigo detrás de ti observando cómo coqueteas con otras chicas mientras que a mí solo me dejas atrás.

mientras estoy acá un chico se me acerca, y veo la oportunidad para intentar cambiar, entonces le sonrío y comenzamos a hablar.

Es simpático, la verdad me siento nerviosa nunca había hablado con un chico de forma tan amigable, claro además de ti.

Mientras que hablamos él me invita a bailar, y yo acepto un poco nerviosa. Sin darme cuenta se acercó más de lo necesario y me besó. No sé cómo actuar, lo iba a apartar, pero no, quiero arriesgarme solo esta vez.

Así que decido continuar con el beso, pero algo está mal, pues solo pienso en ti, tu cara me viene a la mente, y cuando abro los ojos estoy viendo que estas aproximándote a nosotros, dejando a la chica de antes confundida, y a mí también, claro. Me agarras de la mano y me sacas a fuera de la casa. Cuando salimos el aire frío me golpea abruptamente y tú te percatas de eso por lo que me ofreces tu chaqueta sin ni siquiera dirigirme la mirada.

- ¿Qué pasa? -pregunto confundida. Solo estas caminando como si no notaras mi presencia detrás tuyo, aunque todavía me tienes agarrada de la mano. Seguimos caminando, pero no vuelvo a pronunciar ninguna palabra, después de un rato te detienes, me estas dando la espalda, como si tuvieras miedo de solo mirarme.

- ¿Por qué hiciste eso? - preguntas con un tono distante sin voltearme a mirar siquiera, me sorprendiste, sí que lo hiciste. De todo lo que pensaba que dirías esto era lo último que esperaba, así que sí, estoy sin palabras.

Te diste la vuelta y solo me miras, pero tu mirada no es la misma de siempre, ahora es fría como si no me estuvieras mirando a mí, pero vuelves a apartar tu mirada como si te sintieras cansado de mirarme, y eso en el fondo me entristece un poco. 

- ¿Qué es lo que te preocupa tanto? - me hago la tonta. No sé de dónde salió esa pequeña valentía, pero me gusta.

-No quiero...-susurras, no alcanzo a escuchar el resto, de alguna manera sé que no quieres que lo escuche, y eso llama más mi atención.

- ¿Qué? ¿qué es lo que no quieres? No te entiendo - pregunto ya irritada al no entender nada, pero no dices nada, ni me miras, tu mirada está en todo menos en mí.

Solo me quedo parada mirándote, esperando que me digas algo o al menos que me mires, pero ya me estoy cansando de esperarte así que solo camino con dirección a mi casa.

De verdad pensé que me dejarías ir, pero me sorprendo cuando siento que agarras mi mano con suavidad, volteo a mirarte y al ver mi cara de disgusto la sueltas rápido. 

- ¿Qué? -Te pregunto cansada de la situación.

- No lo sé, solo sentí que algo estaba mal cuando te vi con ese chico.

No me dejaste responderte, quizá por miedo, quizá te incomoda pensar en tu amiga besando a un chico o no te interesa el tema, pero le diste un giro totalmente distinto a la conversación, comienzas a actuar con normalidad, pero noto que estas algo raro, sin embargo, decido no continuar con el tema de antes, y solo camino a tu lado escuchándote.

¿Qué es lo que nos espera después de esto, mejor amigo?


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