nuevos lugares

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no se a donde llegue, pero, estoy sentada en una mesa, tan rápido pasan los segundos al lado de ese misterioso forastero, bien, veía un mostrador, y atrás un montón de botellas, que alguien les proporcionaba a las personas que estaban ahí

— ¿porque me trajiste aquí?

el no responde, hace una ligera sonrisa

— ¡mesero!

y me percato que unas personas que tenían la mirada perdida nos miraban, y yo me asusto, y lo vuelvo a mirar a el y estaba con el mesero que se retira

— vamos a brindar por habernos conocido

— disculpe, pero, yo no tomo, y nunca lo he hecho

— para todo hay una primera vez— y me sonríe

y le traen una botella, y unos vasos, el me sirve primero a mi, y luego a el, yo quede estupefacta, y no quise tocar el vaso, es raro todo esto, me conoce de algún lado, que se ha querido adueñar de mi vida

— mira, este es una parte del mundo de los pecadores

— ¿tu eres pecador?— le pregunto

— claro, pero no se  hasta que mas puedo llegar

— así que tu tienes algo nuevo para darme a conocer

— nadie sabe el futuro

— no hablo del futuro, hablo del ahora

— poco a poco, salud, agarra tu vaso

y lo hago, y chocan nuestros vasos y el lo toma, y de pronto, aquellos hombres que nos miran se acercan a nosotros, el terror me invade

— nos invitan a pasar, muy raras veces las nenas llegan aca

— no se metan con ella, es especial— y lo dice, y me mira

— todas las nenas son especiales, pero terminan siendo unas joyitas— y me guiñan el ojo

veía molesto a ladislao , frunciendo el ceño

— dudo mucho que ella sea así, no sabe de la vida

— le enseñamos si quieres

— yo soy su maestro, siganme— y ladislao se va con ellos

yo me quede muy nerviosa ante esta situación , veo que el les va enseñando unas cosas, pero no escucho lo que dicen, luego se acerca hacia mi 

—vamos 

y agarra mi mano, y me jala 

y me lleva a una casa rara, mas rara de la casa que yo vivía

—¿en verdad quien eres?

— soy ladislao, simplemente yo

y me suelta, y me voy a mirar, y me siento en una silla, sacando las telarañas, veo un libro y me pongo a leer, me encanto, me sentí hechizada con el libro, era de una historia de amor, me enamore del protagonista, quiero un hombre así para mi, me decía, y el se me acerca

— deja de leer, que te quiero presentar a alguien

y veo que aparece una señora muy arrugada 

— mama, te presento...

— hijo, por fin te conseguiste una esposa

— no mama, es mi amiga

— ah, les invito vino

— yo no bebo— le digo

— por favor, no hagas ese desaire, y acaricia mi brazo, y nos miramos

— esta bien— y agacho mi  mirada

y el me suelte y se dirige donde su madre

— con ese brebaje conquistaras a esa joven

y me lo dan, yo hacia alusión a que lo tomaba, pero en verdad, lo botaba 

— bueno, tomare aire fresco

y me voy, no quise ver la mirada de ladislao, a lo mejor, no quiere que me escape de el


el submundo de barbara (terminada) novela cortaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora