-¡Esto es inaceptable!
-¿Ahora que hizo Villette?
-¿Tú qué crees que hizo?
Escucho a mis padres pelear a través de la puerta porque mi padre intenta defenderme mientras que mi mamá pelea por tener razón.
Aunque tenía tan solo 7 años, estaba consciente de que la relación de mis padres iba de mal en peor.-¡Villette!
Salgo de mis pensamientos por el grito de mí amiga Carlene.
Mi querida amiga Carlene Lee, tenía rasgos asiáticos, pero aún así ella era preciosa.
Nos hicimos amigas en secundaria, cuando ella llegó a la escuela y se burlaban de ella por no tener doble párpado. Decían que ella no podía ver porque solo tenía "dos líneas".
Cuando me contó supe que ella sería mi mejor amiga, porque había algo en ella que era especial. Claro que después de unos años ella creció y le llegó la pubertad y en fin.
-Dime - volteo a verla y ella ve claramente mi sorpresa.
-Maldita
- ¿Cómo? -pregunto sorprendida por su ataque.
¿y ahora que hice?
No, ahora ¿Qué no hice?
-No me has puesto atención desde que llegaste, o sea ¡Hace como diez minutos!
- Oh
-¿Oh? -Dice indignada -Dime si lo harás o no.
- Sí, creo que sí
¿Hacer qué?
- De acuerdo, me acompañarás a vender galletas mañana por la tarde.
Grito frustrada.
¡Es que no era posible que ella me obligará hacer eso!
A la otra le haces caso a esa cosa.
- No quiero que estés pensando algo malo de mí, mocosa.
Eschamos el timbre sonar y ella recoge sus cosas y yo las mías.
-¿Porqué tienes que llamarme así? -pregunto indignada.
Cada vez que la hago enojar me llama "mocosa" al principio lo decía en su idioma natal y creía que era un apodo de cariño.
Y no.
No lo era.
Aunque ella se veía calmada, la verdad era que siempre fue una persona algo...
No sé.
¿Dura con las palabras?
- Porque quiero y puedo. -Dice mientras agarra mi brazo para entrelazarlo con el suyo.
- ¡Es que no me puedes obligar a vender galletas! -Grito con resignación.- Me rehuso a vender galletas contigo. No y no.
-Pero me dijiste que sí- Dice mientras damos la vuelta por un pasillo para llegar a nuestra aula.
- No me puedes obligar.
- hablaremos de esto más tarde - Dice jalandome para entrar a nuestro salón y sentarnos.
Estaba más que claro que la quería. No más que eso, la amaba.
Con ella me entendía muy bien pero a veces era algo tan terca.#
La clase transcurría normal, chicos hablando entre ellos y chicas texteando o pintadose las uñas. Mientras que Carlene y yo hablábamos de que haríamos las galletas.
Sip.
Ella ganó y al último venderemos galletas.
- Supongo que a ti no te interesa que estamos a la mitad de verano y que hace mucho sol, ¿Cierto?
- ¿Y qué? Te hace falta broncearteun poco.
Pongo mis ojos en blanco por su comentario.
¿Es que acaso ella no entiende que no me puedo broncear porque me pongo roja y me arde la cara después?
No, ella no lo entendía.
Al terminar la clase, me separé de Carlene para poder ir a mi casillero y dejar mis libros.
Mientras caminaba hacia mi destino llegó un aroma dulce a mi nariz. Respire hondo para poder percibirlo mejor.
¿Qué es?, ¿Vainilla?
Intentó inhalar profundo para percibirlo mejor.
Si es un perfume yo quiero saber cuál es para comprarlo.
El aroma se hizo más fuerte cuando un chico pelirrojo pasó a mi lado.
Sorprendida, voltee al lugar por donde se había ido ese chico y ver que nadie le prestaba a su aroma dulzón.
Tambien ignoré el hecho de que ninguna chica volteara a verlo y seguí mi camino hacia mi casillero.
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Los Otros.
RomanceEn la pequeña ciudad de Gaitlin, Carolina del Sur, la adolescente Villette Johnson ve sacudido su mundo a la llegada del joven Joyce Murphy. Un hermoso joven con la piel blanca como la nieve, pelirrojo, vistiendo un traje de gala negro, tanta belle...