Love is for souls, not bodies

A Wanda siempre le ha parecido formidable la habilidad de mantener la calma, el poder controlar las emociones sin importar las circunstancias. Lamentablemente, esa capacidad resultaba completamente desconocida para ella.

El poco tiempo que llevaba en el equipo lo había empleado para analizar a las personas que la rodeaban, un mal hábito que había adquirido por su falta de experiencia en lo que a relacionarse se refiere.  Había descubierto que, en el grupo de personas que ella conocía, todos tenían esta habilidad.

Steve, con su porte serio y valores nacionalistas; en un principio le había parecido distante. Con el paso de los días descubrió que era una persona muy cálida con aquellos que quería, simplemente había pasado por mucho y sonreír era algo raro en él. Wanda le apreciaba y sabía que siempre, aunque no entendiera algunas cosas, estaría ahí para ella.

Natasha era otra historia. Se parecía mucho a ella, excepto por la parte de controlar sus sentimientos. Ambas habían desarrollado una amistad desde el primer momento en el que empezaron a hablar. Aunque, por sus personalidades reservadas, no sabían demasiado una de la otra; les aliviaba saber que había alguien que entendía.

A Wanda no le gustaba andar cerca de Thor. Aunque fuera el único con magia del equipo, no se llevaban bien. Mientras que Wanda prefería mantenerse callada y pensar las cosas, a Thor le gustaba hacer un escándalo a donde sea que fuera. No se detestaban, eso era seguro, simplemente no hablaban porque no congeniaban.

Bruce Banner le parecía una persona interesante. No han hablado mucho, pero si lo hacían, él le preguntaba cualquier número de interrogantes respecto al funcionamiento de sus poderes. Wanda se sentía alagada por esto, ya que sentía que le preguntaba por pura curiosidad y fascinación. No la trataba como un experimento y era alguien agradable.

A Clint solo lo vio unos segundos. Tan rápido como se resolvió todo lo relacionado con Ultrón, se fue. No lo ha vuelto a ver desde que partió a una misión hace meses. Apreciaba lo que había hecho por ella en Sokovia y estaba esperando a que volviera para hablarle. Le recordaba a Natasha, pero no había tenido el tiempo suficiente para llegar a conocerlo y saber cómo actúa.

Wanda no le dirige ni la palabra, ni la mirada a Tony Stark. Él, por su parte, tampoco lo ha intentado; pues cada vez que ve a la mujer siente remordimiento por sus malas acciones del pasado. Wanda entendió esto como falta de interés o desagrado hacia ella. Sabía que podía conocer sus verdaderos sentimientos con sus poderes, pero no quería. Culpaba a ese hombre por todo lo que le había pasado, incluso por la muerte de Pietro. Estaba en su conocimiento que en realidad no era su culpa, el responsable era Ultrón; sin embargo se negaba a perdonarlo. Él es el que contruyó a esa máquina, se decía a si misma.

Trataba de no pensar en la muerte de Pietro muy amenudo. Si lo hacía, perdía el control. Esto de no pensar en él le resultaba imposible, puesto que no hablaba prácticamente con nadie y tenía mucho tiempo libre para meditar las cosas.

Al menos eso era así hasta que Vision, el androide que la había salvado, empezó a presentar interés por ella. A Wanda le resultaba fascinante todo lo que venía con él. La gema que llevaba en la frente era la misma que le había dado sus poderes, la gema de la mente. Esto de por sí era algo que le daba la posibilidad de entenderla como nadie podía.

Poco tiempo después de empezar a hablar se volvieron inseparables. El pasatiempo favorito de ambos era estar juntos. Las personas a su alrededor empezaron a pensar que eran "algo". Vision no entendió y Wanda simplemente le dijo que no tenía importancia.

Vision parecía un niño inocente descubriendo el mundo por primera vez. A Wanda le encantaba ver cómo iba evolucionando, volviéndose cada vez más humano, maravillándose con sus capacidades. El androide podía pasarse horas hablando con ella y parecían minutos.