La casa donde vivo es muy grande. Tiene dos cuartos para huéspedes, mi cuarto, la sala, la cocina algo grande para mí y dos baños. Uno en el primer piso y el otro en el segundo. Hay una cochera, una pequeña oficina cerca de la entrada y el patio trasero lleno de pasto, flores y tres árboles.
Hoy he decidido arreglar el jardín y la casa pero primero el jardín ya que es lo más desordenado. Por lo visto no han arreglado este jardín en meses ya que el pasto me llega hasta la mitad de la espinilla y la verdad me da algo de miedo. Creo que llamare a Víctor para que me ayude. No me importa si no puede o no quiere. Él tiene que venir a la fuerza por que es mi amigo y yo quiero que me ayude.
Lo sé, a veces soy algo exigente y controladora pero él es mi mejor amigo y siempre esta para mí por eso lo amo. Y en todo caso, si no pudiera venir yo lo esperaría.
Decidí marcar a su casa ya que tenía flojera y no quería ir a su casa la cual se encontraba enfrente. Ya sé, soy una floja de lo peor pero no me critiquen así nací y así moriré.
Yo: Hola soy cenicienta y necesito un príncipe que me ayude a arreglar mi jardín por favor.
Víctor: Hola cenicienta soy el príncipe Víctor pero justo ahora me encuentro haciendo ... de comer.
Yo: Por favor te necesito mucho.
Víctor: Tu cuando no necesitas de mi?
Yo: No lo se pero tu desde cuando haces de comer?
Víctor: Desde que... bueno ya la verdad estoy acostado en mi cama y no quiero salir.
Yo: Si no vienes para acá yo iré hasta donde estas y te traire sin importar nada.
Víctor: Te reto a que vengas hasta mi cuarto.
Este colgó la llamada con un tono de voz algo pervertido pero no sin antes mandarme un beso. Estoy segura de que cuando me mando el beso y me dijo que fuera hasta su cuarto tenía una gran sonrisa en los labios.
Di un largo pero un largo suspiro y me deje caer en el sillón de la sala viendo hacia el techo en un punto indefinido.
De pronto un chavo algo alto, bronceado, de ojo azul, short negro y torso desnudo llego a mi memoria. Este estaba en la playa gritándome con una sonrisa que lo acompañara al mar mientras se alejaba cada vez más de mí. Yo trate de perseguirlo pero cada vez se volvía más borroso el recuerdo.
Ese recuerdo me había sacado de la realidad. En verdad sentí que ya había vivido eso pero no recuerdo cuando ni en donde y mucho menos recuerdo quien era él.
Por lo visto "él chavo" tenía aproximadamente unos veinticuatro años. Y la verdad si era guapo. O al menos para mis gustos sí.
Ding Dong!!
El timbre de la casa sonó regresándome a la realidad. Ni siquiera me acordaba que estaba haciendo ni cuanto tiempo llevaba acostada en el sillón.
Me pare y fui directamente a la puerta. Al abrir me encontré con una cara muy conocida. Víctor estaba parado justo enfrente de mi con una cara de pocos amigos y creo saber porque.
Dije creo. No estoy segura.
- Puedo pasar o me vas a dejar aquí esperándote otra media hora?- pregunto con la voz algo enojada.
Le hice una señal con la mano abriéndole paso a que entrara, lo cual hizo sin decir nada yendo directo al sillón para después echarse como si fuera su casa y dando un suspiro muy largo casi como recordando algo.
Cerré y me recargue de espaldas contra la puerta hasta caerme al suelo. Me quede ahí sentada recargada sobre la puerta. No se por que pero ahora me sentía nostálgica y lo peor era no saber porque. O tal vez si pero no importa mucho. Mi repentino cambio de humor se debía a ese extraño recuerdo o por lo menos así lo sentía yo.
¿Pero quien sería ese chico? ¿Por qué siento que lo conozco? ¿Por que me siento triste al pensar en el?, tantas preguntas y ninguna respuesta. Y sin pedir permiso una lagrima escapo por mi mejilla.
- Te sientes bien?- escuche la voz de mi amigo sacándome de mis pensamientos.
Mientras trataba de relajarme y limpiar la lagrima mas lagrimas la siguieron lo que me hizo sentir fatal porque ni siquiera sabía la razón del porque lloraba. Las pocas fuerzas que me quedaban desaparecieron de un momento a otro y sin nada más me fui resbalando hasta quedar completamente acostada en el suelo llorando como una niña chiquita.
- Estas llorando?- pregunto mi amigo acomodándose en el sillón hasta quedar sentado.
Yo solo lleve mis manos a la cara y me cubrí con ellas. No tenía ganas de hablar con nadie y peor aún no tenía ganas de que me viera llorar. Se que estoy haciendo todo un show y estoy preocupando a mi amigo pero ¿Qué puedo hacer?.
Al no recibir ninguna respuesta de mi parte mi amigo decidió venir hasta mí y acostarse en el frio suelo a un lado de mí. Yo seguía llorando pero ahora lo hacía con más sentimiento y más alterada. Mi pecho subía y bajaba muy rápido y sentía que las lagrimas jamás acabarían de salir de mis ojos. Víctor agarro una de mis manos y la entrelazo con una suya y así quedamos hasta que me dormí.
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EL RECUERDO
RandomUna joven llamada Jaky pierde la memoria por lo cual tendra que esforzarse en recuperarla ya que de eso dependera su futuro y su felicidad.