Capítulo 1: Incondicionalmente

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Capítulo 1: Incondicionalmente


Madie

10 años después

304 días antes del suceso

Kristen ha avanzado mucho como cantante al igual que con sus tratamientos. Su grupo hace presentaciones por todo el país gracias al descubrimiento de una compañía musical que se interesó en su talento y ahora los apoya, protege, paga sus terapias, entre otras cosas. Tienen un disco grabado con canciones que transmiten mensajes contra la discriminación. Aunque ellos no sepan con total certeza el significado de esa palabra tan grande es realmente hermoso y esperanzador oírlos, eso es algo que la compañía sabe manejar muy bien. Estamos volando de Nueva York a nuestra casa en Los Ángeles en un vuelo de seis horas y media en primera clase, gracias a esto puedo dormir cómodamente en mi asiento mientras mi hermana juega en su consola con sus amigos quienes son muy listos para encontrar formas de ganar los niveles, yo los llamo "los pillos".

En mi siesta tengo un sueño: estoy sacando un bizcocho de chocolate del horno y Steve entra a la cocina halagándome, me ayuda a decorarlo y de la nada me dice "Madie, he callado esto para no dañar nuestra amistad pero me he enamorado de ti y no puedo ocultarlo más. Lo he estado por varios años y me he dado cuenta que tu igual. Te amo y quiero ver series junto a ti para besarte y abrazarte toda la noche" Y para dar fe de ello me da un piquito, un pequeño beso en mis labios que me hace estar sobre una nube cuando aumenta su intensidad. De pronto todo se siente como congelado; como estar en un bucle de tiempo, repito el momento una y otra vez de diferentes maneras con el mismo desenlace. En una toma mis manos y me besa de igual manera que en las telenovelas. En otra soy yo quien recita esas palabras y da el primer paso.

— ¡Madie! —Exclama Kris sacudiéndome por los hombros bruscamente— baño, baño.

Abro los ojos de par en par exaltada. Una lágrima solitaria cae luego de haber dejado su camino en mi mejilla derecha, limpio esa zona con el dorso de mi mano. Suspiro apretando el botón para enderezar el asiento—Ay Kris, no sabes lo lindo que lo estaba pasando.

— ¿Con los ojos cerrados? —pregunta confundida pero su mirada se ilumina al comprender—Sueños.

—Exactamente. Sueños—caminamos hasta el final del avión para entrar al cuartito. Pienso durante el resto del viaje en la posibilidad de que tal vez sea una clase de señal, me doy cuenta de que me lleno de esperanza como las personas que ven las presentaciones de mi hermanita cayendo en cuenta una vez mas de que debo decírselo de una vez por todas.

Desde que era una adolescente no había sentido esto, no desde su cumpleaños número diecinueve. Ese día nos besamos ebrios por tanto ron que bebimos en la cabaña alquilada por sus amigos de universidad para unas cortas vacaciones de invierno antes de volver con su familia. Mis padres decidieron ir a Beverly Hills para visitar a la tía Elisa, hermana de mi mama, y llevar a Kristen consigo por lo que pude asistir con diecisiete años y un buen permiso hasta allá para celebrar. Podría decirse que fue uno de los mejores momentos de esa etapa. Dios santo, convivir con universitarios fiesteros fue loquísimo; me enseñaron buenos consejos sobre las salidas y el esquí pero creo que me estoy desviando del punto con eso, el caso es que Steve y yo vimos subir a la montaña para luego bajar por el trineo como una buena idea. Error de borrachos. En la bajada el trineo chocó con una piedra y nos terminamos cayendo, yo encima de él, sentimos un frío terrible y para calentarnos nos abrazamos queriendo quedarnos ahí por un rato, luego, sin mucho titubeo, lo besé y Steve me correspondió. Cuando lo hablamos y comprendí que no estábamos en la misma página supe que no era algo rápido que ya había sido superado.

Todo Por Un BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora