Marie me dejó una nota en la mesa del comedor diciéndome que se largaba unos días. Ella era muy anticompromiso y no soportaba seguir una rutina más de dos meses, y ni hablar del trabajo, ningún puesto le duraba más de 7 días, eso sí, no le faltaba experiencia en casi ningún empleo.
La nota era muy larga, daba muchos rodeos y explicaciones, intentando justificar el porqué se iba para no dañarme. Una vez termine de leerla, comprendiendo su situación, le mandé un mensaje diciéndole que no se preocupara, que estábamos bien y que disfrutara de su estancia allí dónde se encontrara.
Ya estaba acostumbrado a vivir solo y en cierta manera lo disfrutaba. Tenía más de 120 metros cuadrados de comedor, salón y cocina para mí solo, 10 metros cuadrados de lujoso baño con jacuzzi a mi disposición y lo que más ilusión me daba, toda la cama sólo para mí. Sí que es verdad que esos espacios tan grandes quedaban vacíos y a veces aburridos al ser sólo yo, pero si quería compañía siempre podía llamar a Alumn, nunca nadie me hacía disfrutar tanto como él a mí.
Alumn era mi amante, de hecho, Alumn era también mi novio y Marie era plenamente consciente de que Alumn y yo no sólo follabamos.
Cuando decidimos casarnos Marie y yo éramos muy conscientes que para estar juntos años y años, era necesario que ella tuviera amantes, para cambiar un poco y poder soportarme con su pronunciado anticompromiso, por este motivo decidimos abrir la relación y los dos podíamos follarnos a quién nos apeteciera. Al principio fue duro para ambos, pero nos acabamos acostumbrando e incluso surgió la idea de hacer alguna orgía con todos los amantes. Todo iba perfecto de esta forma, pero yo decidí ir un paso más allá. A los cinco polvos con Alumn, a quién conocía desde el instituto, me dí cuenta que mi atracción iba más allá de lo sexual, y que algo pasaba en mi interior cuando yo me encontraba en su interior (ya sabes). En ese momento pensé en dejar a Marie y quedarme con Alumn, pero la verdad es que no había día que no disfrutara con ella, y la quería muchísimo. En fin, con este barullo de emociones en mi interior decidí proponer un poliamor a Marie, y ella, como esperaba, aceptó.
Gracias a esto somos la relación más sana en las comidas familiares que una vez al mes organiza mi família, y la verdad es que no podríamos estar mejor. Respecto a Alumn, eso es otra historia más pasional, aunque no olvidamos nunca que nos queremos y que no solo somos dos cachos de carne.
Después de un rato de pasearme en bolas por el salón, sobandome sensualmente todo mi cuerpo atlético, pensé que realmente sí era buena idea llamar a Alumn y pasar una noche juntos, así que fui a buscar mi teléfono, que se encontraba en la mesa del comedor, junto a la carta de Marie. Una vez lo tenía en las manos, no sé por qué motivo, un escalofrío me recorrió la espina dorsal entera y tuve el peor de los presentimientos, tuve el presentimiento de que algo saldría muy muy mal. Pensándolo mehor, después de 2 minutos de reflexión, tan sólo era un presentimiento, y si no lo llamaba a lo mejor me perdería una de las mejores noches de sexo.
El teléfono se pasó 5 minutos repitiendo el mismo sonido hasta que por fin pude oír su voz a través del pequeño auricular:
Si? -dijo él.
Ey, qué tal Alumn!
Bien, bueno, tengo un montón de trabajo pero dentro de lo que cabe estoy bien.
Bueno, si quieres desconectar por una noche (o por las que te apetezca) puedes venirte, no está Marie y estoy más caliente que un potro en celo la verdad.
Y por qué coño preguntas? En una hora llego.
(Podrás seguir mi historia en la parte 6, Alumn ya te contará un poco)
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PLOTWIST
General FictionElige a uno de los tres personajes y sigue su historia, descubre el final a través de la mirada subjetiva del que mejor te caiga. Los tres personajes son estos, tu eliges con quién quieres hablar. Millais Albertz: Primera parte Alumn Nels: Segunda...