5

40 1 0
                                    


"Las cosas cambian, los amigos se van y la vida no para para nadie"


Corrí rápidamente hasta intentar tomar un taxi, comenzó a llover y mi ansiedad se eleva a niveles de emergencia me empiezo a desesperar, odio mojarme, odio hacer las cosas sin pensarlas antes, ¿Por qué deje que me besara? A mí no me gustan las mujeres. No es algo que me haya planteado con anterioridad o algo que me llamara la atención, no sé qué me sucede y ya no quiero descubrirlo. Últimamente ni yo me entiendo a mí misma..

—Así que te gusto— dice Luis intentando seguir mis pasos.

—tingi nivia— digo intentando imitarlo —aléjate de mí plis— le respondo finalmente subiéndome a un taxi.

Le pido al taxi que me lleve a la plaza del centro, Sergio siempre está ahí tiene un pequeño local de comida, me gusta estar ahí con él, es divertido observar a la gente que compra allí aparte de recibir comida gratis.

—¿Qué te pasa? Porque viniste tan temprano— dice terminando de preparar una hamburguesa.

Solo lo miro, no contengo las ansias y comienzo a llorar.

—¿Estás bien?— me mira confundido, esperando a que le diga algo —que pasa pequeña ¿sabes que puedes contarme lo que sea?— abre el refrigerador y saca una lechita de chocolate —toma te hará sentir mejor.

Lo miro divertida ¿acaso acaba de darme una lechita de chocolate? Que soy ¿una bebe? Definitivamente tengo al mejor amigo del mundo, así que tomo mi lechita cuidadosamente pero no respondo su pregunta.

—¿Acaso no soy lo suficiente claro?— me mira aun esperando una respuesta —que— me da un beso tomándome de los cachetes —te pasa.

— ¿Porque rayos me besas?— digo mirándolo directamente a los ojos.

—No lo sé, lo hago porque me preocupas— dice dándome palmadas en la cabeza como si fuera un perrito.

— ¿eres un idiota lo sabias?

— tu eres una idiota también— me sonríe y sigue preparando sus órdenes de comida.

Decidí no contarle nada, solo le dije que perdí la bicicleta de nuevo y el promete buscarla más tarde. Pase toda la tarde ayudándolo con su servicio de domicilio, toda la tarde andando en bicicleta entregando desde Tacos, Hamburguesas, Banderillas, Papas, etc., etc. Al terminar el decide acompañarme a casa, se lo que me espera...

Fuera de casa nos encontramos con Luis es gracioso que ahora de repente de la nada los chicos quieran mirarme, es algo muy cliché y odio los clichés. Luis esta con mi bicicleta y nos observa detenidamente, ruego a Dios que no le diga nada a Sergio sobre mi encuentro con su hermana.

— ¿Ustedes son pareja?— nos dice Luis mirándonos y eso me pone nerviosa

— ¿Acaso te importa?—digo sin mirarlo

—Si lo somos—dice mi amigo Sergio para después besarme rápidamente.

—Pues me alegro— responde mientras estamos en nuestro beso.

—Oye, basta de besos— le digo a Sergio separándome de el y golpeándolo en el brazo

—Perdón, prometo no volver a hacerlo—Sonríe un poco y me hace entrar a casa.

El regresa a la suya y yo subo rápidamente a mi habitación, mi madre no estaba siendo esto una gran ventaja para mí ya que no tendré quien se ponga a regañarme por salir. Me recuesto un poco a meditar y pensar en todo lo sucedido en el día, ya casi ni me reconozco, ¿Dónde está Clara?

Me dispongo a dormir, mañana será un gran día y no tengo ganas de nada, cierro los ojos comienzo a visualizar mi sueño poco a poco.

Estoy en una casa muy vieja y se escuchan gemidos, pero no son normales, son como si alguien estuviera sufriendo, me espantan no estoy segura si deba acercarme más. Subo las escaleras poco a poco, cuando noto el gran charco de agua que sale del fondo de una de las habitaciones, decido acercarme más, ¡no puede ser! Vienen del baño.

Tengo miedo de abrir la puerta, se dejaron de escuchar los gemidos, ahora solo se escucha un profundo silencio, sé que si abro esa puerta, detrás encontrare algo muy malo. En cuanto entro puedo ver a Laura tirada en el lavabo hay sangre, su sangre esta por todos lados y ella esta hay tirada y yo solo grito comienzo a gritar mi mejor amiga, ¡mi compañera de juegos de la infancia se ha ido! ¿Porque? Todo cambia estoy en un lugar negro sola, todo es...

—¡Clara! ¿Qué pasa cariño?— escucho la voz de mi madre quien me da golpecitos en mis cachetes —es solo un sueño bebe

—¡Mama!— la abrazo, estoy llena de lágrimas —todo era tan real.

—lo se cariño, pero no era real— me abraza —todo fue una pesadilla, mejor dormiré contigo hoy.

—Si por favor— digo abrazándola también.

Al día siguiente cuando desperté mi Madre ya se había ido a su trabajo, me dejo dinero para el refrigerio de la escuela. No puedo dejar de pensar en mi sueño y en mi amiga Laura, no soy muy religiosa pero yo sé que los suicidas van al infierno y me aterra la idea de que mi amiga Laura este ardiendo eternamente.

Mis pensamientos son interrumpidos como últimamente siempre, pero ahora es por una loca persona que toca desesperadamente la puerta de mi casa, a pesar de gritar que ya voy la persona que sea que este allí no deja de tocar.

—Ostias, acaso no le enseñaron a respetar las casas ajenas—digo tan enojada que se me quita el enojo cuando me doy cuenta quien es.

—Hola mi hermosa clara— me sonríe y me derrito.

—¿tu? Pero que rayos estás haciendo aquí— Volverlo a ver después de estos tres meses remueve mi corazón y me hace querer abofetearlo y abrazarlo al mismo tiempo.

—Qué lindo lugar— dice entrando a mi casa sin invitación

—Si claro pasa— le digo irónicamente cerrando la puerta

—No te esponjes Clara— dice riendo.

las palabras que nunca diré, ¿o si?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora