Capítulo 7. Baila para mi

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Atsushi había despertado, corrió rápido a verse al espejo, con tal movimiento despertó al azabache, en efecto, lo miro perfecto, Atsushi seguía con la cola y oreja, suspiro mientras Atsushi lo volteaba a ver – no quiero ser un gato – expreso chillón. El azabache se sentó en la cama y extendió sus brazos

― Ven aquí – pidió y el albino fue a abrazarlo – lo resolveremos

― ¿y si no?

― Bueno... serás una linda mascota

― Callateee – dijo mientras le peñizcaba la pierna

― Ya, ya, - pidió pero el albino siguió peñiscando - Jinko suéltame – dijo molesto

― ¡Quiero ser humano!

― ¿Por qué? Me gustan tus orejas

― ¡Ryunosuke!

― Ya, deja de ser caprichoso, vayamos con Dazai-san

― ¿iras conmigo?

― Si, ellos saben que te ayudo cuando te transformas en gato, no veo el problema

― ¿y si se dan cuenta?

― No lo harán

― No quiero dejar de tener sexo contigo

― Sí, claro... ¿solo por eso?

― No, eres cálido y tienes dinero para alimentarme

― Odio que busques siempre dinero

― Pero lo digo en serio, yo... estoy feliz a tu lado.

Akutagawa sonrió – yo también soy feliz a tu lado

― Si, y te quiero aun con tus fetiches de maid – dijo burlón el albino y el azabache jalo sus mejillas

― Cuando resolvamos esto el traje de maid será el más simple – dijo retador y el albino sudo frio

Ambos caminaban por la calle, Akutagawa era cubierto por lentes y un cubre bocas mientras Atsushi llevaba el abrigo largo del azabache y un sombrero, habían llegado a la agencia, tarde; Por lo que todos estaban allí, se quitaron al mismo tiempo los lentes y sobrero y Dazai comenzó a reír - ¿de nuevo? – pregunto Kunikida molesto

― A decir verdad sería algo común – decía Yosano

― Como sea, quiero terminar esto rápido – dijo Akutagawa serio mientras tomaba su abrigo y Atsushi lo detuvo

― No me lo quites

― Devuélvemelo

― Nooooo es vergonzoso

― Atsushi-kun, déjanos ver que tan grave es – pidió Dazai, Atsushi suspiro cansado, soltó el abrigo haciendo que el azabache se cayera con él, Dazai moría de la risa mientras los demás ocultaron sus grandes ganas de reír

― Oh, lo siento señor perro de la mafia

― Estas muerto – dijo el azabache molesto

― Tranquilos, tenemos un trato – hablo Fukuzawa quien miro el espectáculo – entonces, ¿orejas y cola?

― S-si...

― Ven, te examinaré – dijo Fukuzawa serio

― No lo hará, solo quiere tocarte – dijo Rampo fastidiado mientras Fukuzawa se quedaba recto y tocia ligero

Mi gatito - AkuAtsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora