Los seis llevaron la mirada hacia el bosque y diferenciaron la silueta de varios hombres con trajes negros.
- Allí están! Atrapadlos! - gritó uno de los hombres.
Los seis hecharon a correr y se hundieron en la profundidad del bosque. Siguieron corriendo un largo rato, esquivando hechizos, rocas y árboles hasta que, al final del bosque, cayeron a un lago de agua congelada.
- Hundiros! - les dijo Harry a sus amigos.
Los seis se metieron bajo el agua, cuando notaron las pisadas brutas de los hombres acercarse al agua. Después de unos segundos, los hombres dieron media vuelta y se marcharon. Ginny, que ya no aguantaba más la respiración, salió la primera.
Los demás la siguieron y salieron a la superficie. Los seis se tumbaron en la hierba y descansaron. Todos tirita an por el frío, el agua les había calado toda la ropa y hacía un frío invernal.
Se refugiaron en una pequeña cueva que había cerca de allí. Hermione encendió una pequeña hoguera y todos la rodearon para calentarse. La castaña miró la mano de Draco y distinguió la cicatriz que ella le había dejado en la mano.
- No te preocupes... en un par de días se pasará....- le dijo Draco a la gryffindor frotándose las manos o ara calentarse.
Hermione apoyó la cabeza en el hombro del rubio y miró con la mirada perdida a la cálida y luminosa hoguera.
En ese momento, el crugido de una rama al romperse despertó a Hermione de sus pensamientos. Los seis miraron alarmados la entrada de la cueva y apuntaron a la oscuridad con sus húmedas varitas. Una sombra se distinguió en la oscuridad.
- Tranquilos, soy yo...- dijo la sombra acercándose.
- Neville?! - dijo Ginny extrañada- Neville! - gritó histérica mientras corría a abrazarlo.
Detrás del chico se encontraban Luna, Seamus, Lavender y Deán. Corrieron a abrazar a sus amigos.
- Como habéis llegado aquí?! - dijo Ron histérico.
- De la misma manera que os vamos a sacar.... Dadme la mano.... - dijo Neville extendiendo la mano.
En un milisegundo, todo se volvió de colores, primero todo borroso, después la visión doble, hasta que Hermione volvió a posar los pies en tierra firme. Todos cayeron al suelo de espaldas, unos brazos fuertes levantaron a Hermione del suelo y la pusieron de pie. La chica se frotó los ojos para diferenciar a esa gran persona.
- Hagrid!? - dijo ella confusa.
El hombre no respondió. En ese momento, un trozo de ceniza cayó en la nariz de la chica, la castaña se giró y observó la imagen más horrorosa que jamás pudo ver.
El castillo de Hogwarts, o lo que quedaba de él, estaba incendiado, en ruinas, destruido. La torre del despacho de Dumbledore ya no estaba y la torre de gryffindor estaba a punto de caer destruida.
Los ojos de la castaña se llenaron de lágrimas que no pudo retener. Se abrazó fuertemente a Draco, quien intento tranquilizarla, aunque él también estaba destrozado.
Ginny, Ron y Harry lloriqueaban y Thalia les miraban entristecida.
- Es mi culpa.... - se gritaba Hermione a si misma.
- No es tu culpa Hermione.....- le susurró Draco al oido.
