La música del girasol (Doflamingo x Reader)

Capítulo 3: Intoxicación alimentaria

NARRA ___

-El frío de la noche, las gotas de lluvia que se filtran por la lona y un fuerte malestar provocan que abandone la tranquilidad del sueño. Abro los ojos lentamente, sintiendo que todo me da vueltas y me cueste bastante tan solo moverme; a pesar de tener mi rostro mojado, me llama la atención que el resto de mi cuerpo no lo esté; levanto con dificultad mi cabeza y noto que hay algo que me cubre... Está muy oscuro, pero un relámpago ilumina por unos segundos el cielo y me sorprendo al notar que estoy cubierta por un abrigo muy grande, cálido... Y de plumas rosas.-

___: (¿...Esto... no es de ese tipo...?)

-Con bastante esfuerzo me pongo de pie, la lluvia me está empapando, doblo lo mejor posible el abrigo y lo aprieto contra mi pecho mientras lo cubro con el resto de mi cuerpo... El dueño debe estar preocupado... Yo no soy una ladrona. El cielo oscurecido por las nubes de tormenta me dificultan aún más la visión, tambaleándome y con pasos cortos me dirijo hacia el camino de piedras para llegar a la ciudad.-

NARRA AUTORA

-Después de una hora, ___ logró llegar a la ciudad... Por lo general, el camino no le habría tomado más de veinte minutos,  pero la debilidad física, el cansancio excesivo, el frío y su visión borrosa le dificultaron considerablemente el andar. No había nadie en las calles y las luces de las casas se hallaban apagadas, solo unas cuantas construcciones aún tenían sus ventanas alumbradas. La peli-___ (c/c) se acercó al lugar más cercano y tocó la puerta, esperando que alguien respondiera a su llamado, el viento golpeaba con fuerza su congelado cuerpo. De repente, alguien abrió.-

Hombre: ¿Sí?

___: Disculpe que lo moleste a estas horas, señor... Yo me encontré esto... Y quisiera preguntarle si conoce al dueño...

-El dueño del establecimiento observó con curiosidad a la pálida chica, sus ojos ___ (c/o) lucían bastante apagados, su tono de voz era tembloroso y parecía respirar dificultosamente, además de tener el rostro muy sonrojado. ___ extendió la prenda rosa hacia el hombre y éste retrocedió extremadamente sorprendido.-

Hombre: ¡Ese es el abrigo de Doflamingo-sama! ¡¿Cómo lo conseguiste?!

___: Lo encontré... Quisiera devolvérselo... Debe estar preocupado... ¿Podría decirme... dónde vive...?

Hombre: ¡¿No lo sabes?! ¡Doflamingo-sama vive en el castillo de Dressrosa! Es el hogar del rey, después de todo. Se encuentra en esa meseta...

___: Gracias... Señor.

-Tambaleante cual ebrio, ___ se encaminó haciia ese lugar que el amable hombre le había indicado; estaba calada hasta los huesos, temblorosa por el frío, bastante pálida y ojerosa. Cada segundo que pasaba, ella se sentía peor y más débil, pero no sabía el por qué de lo que pasaba. En un momento tuvo que detenerse y apoyarse de una pared mientras que su estómago devolvía lo que había consumido horas atrás. El agua rápidamente limpió todo rastro de su desastre... A pesar de haber hecho eso, su situación seguía igual de mal.-

___: (Tengo... que... devolver... el... abrigo...)

-Tras lo que pareció ser una eternidad, ___ llegó hasta la cima de la meseta, encontrándose en el camino un campo de flores marchitas a las que poca y nada atención prestó. Casi tropezando varias veces, terminó frente a la puerta de un gran castillo que se erguía con orgullo en el punto más alto del país; la peli-___ (c/c) tocó la puerta por varios minutos, hasta que finalmente alguien las abrió desde dentro.-

???1: ¿Sí?

___: Disculpe... ¿Está... Doflamingo...?

-La mujer de cabellos verdes que había abierto la puerta miró con rabia a la muchacha que se había atrevido a pronunciar de forma tan poco educada el nombre del joven amo. Tuvo un fuerte impulso de querer congelarla en ese lugar o de golpearla por aquella falta de respeto, pero le daba curiosidad que esa peli-___ (c/c) estuviera levemente inclinada hacia adelante, como si estuviera protegiendo algo de la lluvia que caía cual catarata.-