Desde que tiene uso de razón, Sawada Tsunayoshi siempre ha amado mirar las estrellas, no sabe porque, incluso cuando su mamá le ha contado historias románticas de ella y su padre, no es el motivo por el cual las observa con anhelo.
Cuando cumplió cinco años empezó a soñar con una princesa, o eso era la perfecta descripción que su infantil mente creo, y no era para menos la chica tenía el cabello rubio y bajo los cálidos rayos del sol parecían resplandecer, sus ojos eran del mismo color que los suyos pero estos le recordaban a su mamá cuando le miraban con cariño, y la sonrisa que siempre le brindaba era muy cálida.
Ese sueño era su más grande consuelo, pues su madre aunque era amorosa vivía en su propio mundo, y el no poseía ningún amigo, no los culpaba, nadie podría estar con alguien como él.
Con el paso de los años su actitud cobarde y su vano intento en mejorar las materias hicieron que lo apodaran perdedor Tsuna. Honestamente le dolía ese apodo pero no tenía el coraje para enfrentarse a la gente, lo único que lo consolaba era seguir observando las estrellas y sobre todo seguir soñando con ella.
Cuando cumplió 13 años, algo en sus sueños fue distinto. Ella se veía triste y le sujetaba de los brazos, no entendía que era lo que decía pero le dolía el pecho con tan solo verla afligida, cada noche era así, y el solo deseaba ver la dulce sonrisa de aquella princesa. Entonces una noche en donde tenía el mismo sueño al fin logro escuchar aquellas palabras de su triste princesa.
¡No puedo quedarme cruzada de brazos mientras un amigo desaparece ante mis ojos!
Tsuna despertó con dos sentimientos distintos, tristeza por saber que ella sufría y felicidad al darse cuenta que ella, lo consideraba su amigo (al menos en sus sueños), tan solo eso le daba fortaleza para aguantar su día a día.
Y como si todo hubiera sido un invento de su imaginación, no siguió soñando con aquella princesa, fue triste para él pero no se resignó a olvidarla, no podía tolerar el olvidar a quien incluso si se trataba de un sueño lo consideraba su amigo.
Cuando cumplió 15 años, un pequeño bebé apareció en su casa diciéndole que se convertiría en un jefe de la mafia, si en algún momento quiso reírse, no lo hizo, algo le indicaba que era mejor así. Desde ese momento su vida dio un cambio de 180 grados, sobreviviendo a un bebé mafioso, y conociendo a gente algo peculiar, y aun así, se sentía dichoso al tener amigos.
En los pocos momentos de tranquilidad, miraba a las estrellas y se imaginaba a su princesa feliz de que él tuviera amigos.
Sus batallas contra Mukuro y Xanxus lo habían dejado agotado mentalmente, Reborn tan solo le había estado observando y extrañamente no le había torturado como normalmente hacía, quizás notó la incertidumbre que lo embargaba, había luchado pero sentía una culpa, sentía un dolor por las personas que había lastimado en favor de proteger a sus amigos.
¿Quién era él para tomar semejante decisión? ¡Él no era más que los demás! Esos eran los pensamientos que siempre lo atormentaban, incluso cuando los veía sonreír, se sentía más culpable de lo que debería, y entonces una vez más, soñó con ella.
La vio de espaldas, siendo rodeada por una luz dorada mientras parecía gritarle a alguien.
¡El proteger a tus amigos no es ningún crimen!
Abrió sus ojos nuevamente y esta ocasión la sensación de vacío y culpa fue reemplazada por la calidez de aquel sueño, aun se sentía algo culpable pero sabía que esas palabras era lo que necesitaba para animarse.
Entonces sucedió su viaje al futuro, descubrió cosas que le asustaron, vio la impotencia de sus guardianes, vio el miedo en Haru y Kyoko, vio la tristeza de los niños. El tan solo trataba de mantenerse fuerte pero era tan difícil, al menos agradecía que Reborn estuviera a su lado, dándole la claridad que necesitaba y lo que necesitaba hacer.
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Mi amada estrella
FanficEl era el cielo de Vongola pero en otro tiempo el fue la estrella guardiana de una hermosa princesa.