Extra #3

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- Te amo.

- Lo se.

- Quiero hacerte complecer.

- Yo también.

Mire a mi dulce novia de apariencia inocente.

- Vallamos arriba y hagamos mas hermanos para Lois.

- Ya quiero intentarlo.

Susurro seductora, lo cual me estremecio, ella era tan yo en cierto punto.

Tome su mano y corrimos hasta nuestra habitación donde desesperadamente nos quitamos la ropa, solo había un problema.

Habiamos perdido la experiencia estos ultimos dos años.

Pero hicimos lo mejor que pudimos.

- Ayudame con mi blusa, se me atoro en la cabeza.

Deje mis pantalones y me acerque a ayudarla, tome la blusa y se le quite pero un ruido extraño de que una tela se había roto me desperto.

- ¿Qué fue eso?

¡Maldición! Había roto su blusa.

- Na...da.

- Adrien... dime que fue ese sonido.

- Tal vez y solo tal vez fue tu blusa...

- ¿¡Has roto mi blusa favorita!?

- Lo siento...

- Bueno como sea, sigue en marcha el plan.

- De acuerdo.

Y otra vez ya desesperados nos quitamos nuestras prendas y directo a la cama, solo que esta vez no sabiamos acomodarnos.

- ¿Yo arriba o tu arriba?

Pregunte con nada de la calma.

- Yo... ¡no, mejor tu!

- De acuerdo.

Me levante y la recoste para despues subirme a ella pero no podiamos aconodarnos.

- Ah... mi pierna, me la estas aplastando.

- Lo se, lo siento pero tu me estas pellizcando.

- Adrien, pesas mucho ¿acaso has estado comiendo empanadas de frambuesa a mis escondidas?

- No...

- Parece que ya subiste 5 kilos mas.

- Me descubriste.

- No importa sigo deseando hacer esto contigo.

Nos volvimos a acomodar y ahora si funciono, todo iba tambien en este mimento placentero.

Ella moviendo caderas y yo nalgueando su trasero.

Eramos enlazados, la parte buena estaba por llegar hasta que un polizonte entro a nuestra habitación.

- ¡Yo soy miraculous!.

Grito nuestro hijo al vernos.

-¡No puede ser! ¡Adrien! El... El... ¡Dijo sus primeras palabras!

Llevo sus manos a sus labios llena de asombro, me empujo y me tiro al suelo solo para correr a los brazos de nuestro hijo y felicitarlo.

Todo iba tambien, pero las primeras palabras de tu hijo valen mas que un sexo indecente.

Amnesia  | Marichat |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora