3. La primera mirada.

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Ustedes lo pidieron y yo se los contaré.

Los nervios mantenían mi estómago malditamente revuelto y no podía dejar de dar vueltas mi anillo en el dedo.

Me despedí de mi mamá y abrí la puerta. Me arreglé la falda y me acomodé la mochila en la espalda, ni que estuviera tan cargada. Caminé una cuadra hasta llegar a la entrada del colegio. El logo del colegio brillaba en una estatua de bronce en un pedazo de pasto bien ciudado que trataba de dar una buena primera impresión a las personas; yo ya estaba acostumbrada. Dos inspectoras estaban paradas una en cada lado del pasillo que me llevaría directamente al Tártaro, literalmente. Pasé por el lado derecho y Katrina, la inspectora general, me lanzó una sonrisa y puso dos dulces en mi mano. Susurré un "buenos días" y trate de disiparme lo más que pude entre las faldas negras y los pantalones grises.

Pero claro, no podían fallar. Ahí estaban Minny y Clara, empujando a la gente y gritando mi nombre como unas malditas desquiciadas sacadas de un manicomnio.

No podré definir bien lo que paso después. Las vi correr hacia mi y después una imagen borrosa de mi y otras dos esquizofrenicas estrellandose en el piso riendose como focas. Sip.

Clara y Minny, en algún tipo de pirueta circence, se tiraron encima mío

-¡¡Salgan de encima, perras!!- grité, verdaderamente enojada, lo que causaba risas histéricas en las dos. Pegué dos manotazos y una pata y me encontré fuera de aquellos dos sacos de carne palpitante y risueña.

Salí corriendo aunque no tenía ni idea de donde y cúal era mi sala y mi curso. Corrí hacía la escalera justo al frente de la entrada y me dirijí hacia la izquierda. Los octavos estaban ahí, por lo que alguna se esas celdas sofocantes debía ser la mia. Busqué en las listas mi nombre y lo encontré en el del C.

Entré a la sala y dejé mi mochila en en banco de al fondo. Habían dos personas más adentro.

Saqué mis libros y busqué un casillero (nuestros casilleros siempre estaban dentro de las salas). Los dejé en el 7B, uno de arriba a la izquierda. Volví a mi puesto y me senté; saqué mi libro y me enfrasque en su mundo. Una risotada me desenfrascó y levanté la vista.

Ahí estaba él, con su buzo grande y los audifonos colgándoles sobre el pecho, con el pelo rubio peinado hacia un lado y con la cabeza ligeramente ladeada hacia abajo pero con los ojos siempre mirando al frente. Aquel idiota de la clase A que siempre estaba rodeado de personas sonrientes. Recorrió la sala con la vista y me encontró. Alzó su boca en una media sonrisa con sus ojos clavados en los mios y, mi Dios, sentí como la sangre bullía en mis mejillas.

Dejó su mochila dos puestos más allá diagonalmente y salió del salón con su paso relajado, refrescante y con esa aura de triunfo confiado y orgulloso que se pegaba a él y lo hacía tan distinguido.

Volví la vista al libro y me obligué a consentrarme en el maldito Thomas y el estúpido Laberinto.

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N/A: Nenas, lo siento por no subir nada :'( . Había eliminado Wattpad (calm down) y lo descargué denuevo ayer. Ya tenía listo el cap. y eso, ya lo subí. LO SIENTO, EN SERIO.

BYE, gracias por leer y, de verdad, espero que lo disfruten.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2014 ⏰

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Esos grandiosos ojos y mi corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora