Pequeñas historias

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Ane estaba teniendo otro de sus bajones, y es que se había quedado sin inspiración y ya no podía seguir escribiendo la segunda temporada de su famoso libro "El valle de las indirectas", ademas de que la editorial con la cual trabajaba la estaba presionando, pues ya debería de haber entregado mas de cuatro capítulos, y ella no había escrito ni dos enteros y eso hacia que la situación la pusiera mas nerviosa.

Lo había intentado todo, y con todo me refiero a todo, se había apuntado a un curso de dibujo, había estado leyendo como loca, había ido de viaje a tres países diferentes, había pasado unos días en el campo para desconectar, había intentado hacer Yoga, había hecho meditación, una de las cosas que menos le gustaban e incluso se imaginaba una hermosa historia entre su crush y ella, o mas bien lo intentaba, porque si, ni eso podía hacer, Ane estaba acabada.

Ane se levanto del suelo llorando, se acerco a su escritorio y tiro todo lo que había encima de el, le estaban volviendo a dar sus ataques de pánico, pensando que iba a morir en cualquier momento, pensando que todo estaba acabado, y no chicos, no estaba acabado, nunca nada esta acabado, siempre habría una solución, o por lo menos eso es lo que les decía la madre de Ane, tanto a ella como a su hermano.

Después de unos cuantos minutos de respiraciones profundas y intentos fallidos de mantener la calma, escucho su móvil sonar, una notificación le había llegado. Ella cabreada se levanto de su sitio y se acerco a donde tenia el móvil, lo cogió, lo encendió, y vio que su Youtuber favorito había subido un nuevo vídeo, "El peor hotel abandonado de la historia *no podrás creerte lo que pasa al final!", si, ella sabe que a veces, o mejor dicho, la mayoría de veces utiliza el clickbait, pero es que últimamente YouTube no estaba pasando por sus mejores momentos.

Abrió el vídeo, y entonces se le vino una increíble idea a la cabeza para que volviera su inspiración perdida, haría una exploración urbana.

Enseguida se puso en contacto son su mejor amigo y le contó la idea, y obviamente el se negó, pero al final acabo aceptando y le dijo que vería que podría hacer. Esa noche Ane se la paso imaginando miles de historias de terror que le podrían suceder si iría, y pensándolo bien le venia genial pensar en ello, pues estaba teniendo mucha imaginación al respecto, pero su libro era del genero romance, así que no podría escribir una historia de amor sobre un hombre perteneciente a una secta el cual se enamora de la candidata virgen que presentan para el sacrificio para el diablo, o tal vez si, pero no iba muy bien con la trama del primer libro, en realidad no tenia nada que ver, y entre historia e historia cayo en un sueño profundo.

Al día siguiente se encontraba delante de un sanatorio gigante el cual tenia un aspecto de no haber sido revisado por el ayuntamiento por mucho pero que mucho tiempo, oh, y a su lado estaba su mejor amigo.

El fue quien entro primero mientras que Ane se empezaba a arrepentir de su idea, y es que quería acabar su fantástica novela a cualquier precio, menos el de su vida, obviamente.

Ella lo siguió pensando que todavía tenia una oportunidad de cancelarlo todo y largarse de allí, pero ya era muy tarde, pues no sabia que había sucedido ya que ahora se encontraba en una de las habitaciones del sanatorio escondida con su mejor amigo porque escucharon unas voces procedentes de algún lugar.

Estaba muy nerviosa, cagada de miedo, pues se dio cuenta que su peor pesadilla se había hecho realidad, seria la chica virgen la cual sacrificarían para su horrible ritual con el diablo, y se temía que esta vez ningún tipo de la secta se enamoraría de ella.

En un momento de valentía salio de la habitación mientras su mejor amigo se agarraba la cabeza arrepintiéndose de haberle hecho caso a una chica que dependía de ser una escritora penosa. Ella empezó a gritar y a decir que podrían llevársela, pero que ella no era virgen, así que no iba a servir de mucho, y para su mayor sorpresa todo se quedo en silencio, y de la nada empezó a escuchar pasos acelerados yendo en dirección a la salida de ese horrible lugar.

Después de unos minutos de silencio puro su mejor amigo salio de la habitación dándose cuenta de lo que había ocurrido, y es que las voces que escucharon eran de otras personas que habían venido a hacer una exploración urbana y que al escuchar a Ane gritar se asustaron y salieron corriendo del lugar. Ellos entre risas salieron del lugar, sin saber que dos minutos exactos después subirían seis hombres encapuchados del sótano dirigiéndose al lugar donde antes se encontraban Ane y su amigo.

Y quien sabe, tal vez las historias que había imaginado Ane se hubieran hecho realidad de no haber sido por la fantástica suerte que tuvieron.

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