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-MIIIIIEEEERRRRRRDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

María y MDC llegaban al aeropuerto a las 12.15pm y tardaría como más de hora y pico en llegar a Incheon para recogerlas. El problema es que los despertadores y yo no congeniamos nunca y no sé si es que no me funciona o lo apago medio dormida, que también es un factor bastante convencible. De todas formas, eran las 12.30pm y tenia 24 llamadas perdidas y 372 mensajes de whats app.

*MDC Flor*

-ESTAMOS AQUÍ AH.

- estOY CHILLANDO

- DONDE COÑO ESTÁS

- ANDREA?

-H

-O

-L

-A

-????????????

-no me jodas Andrea

*María Flor*

- Andrea contesta

-Estoy nerviosa

-No me digas que te has quedado sin batería

-TÍA

- Voy a llorar eh

-Haz el favor que tienes tú la dirección de la casa

-Socorro.

Les abrí el chat grupal y me disculpé 300 veces seguido de la dirección del apartamento y les prometí que para cuando llegasen les haría un banquete enorme de comida a modo disculpa. Las dos Marías aceptaron, así que tenía máximo 2 horas para preparar una buena comida, pero, OH SORPRESA; no había nada para cocinar. Éstas dos, con las ganas que tenían de llegar, eran capaces de plantarse en la puerta en menos de hora y media, así que no perdí más tiempo y me fui corriendo a la tienda de conveniencia en pijama (otra vez).

Bajé las escaleras de dos en dos, me fui de morros, llegando al portal a culetazo limpio y me eché a correr hacia la tienda. Con las prisas, no ví más allá delante de mí y me choqué con una mochila enorme negra y bastante dura. 

-JODER ¿QUE LLEVAS AHI DENTRO MACHO?

Una chica caucásica bastante alta y delgada se giró. Llevaba una cámara con un objetivo que le daba un aire a un telescopio con el que se podrían contar hasta las piedras que hay en marte.

- ¿Eres gilipollas? 

-¿¿¿¿¿¿PERDONA???????

-Que bajes la voz, merluza.

Me quedé de piedra, en medio de la calle, procesando la situación. La chica volvió a girarse para hacer a saber qué, soltó un "me cago en flos", me volvió a mirar con cara de querer asesinarme ella misma lentamente y se largó dando zancadas.

No entendí nada de lo que estaba pasando, pero era más probable morir a manos de mis dos amigas por no haber hecho la comida que por esa tía estúpida, estábamos en un lugar concurrido y a la luz del día. Así que me dirigí a la tienda de conveniencia, compré cuatro o cinco cosas así por encima y me fui a casa a preparar cualquier cosa que saliese. 

Al cabo de hora y tres cuartos (es que lo sabía... ) sonó el timbre. Fui corriendo para abrazarlas lo más fuerte que pudiese,  pues en España vivo a 536km de ellas y las echaba muchísimo de menos. Después de secarnos más de una lágrima que se escapó felizmente, las tres nos sentamos al rededor de la mesa para comer el arroz con los 5 paquetes de ramen que metí en una cazuela y estuvimos hablando por más de cuatro horas. Las chicas estaban cansadas, así que las ofrecí dormir en mi cuarto mientras preparaba el suyo mientras, pero era tal la emoción de haber llegado por fin al sitio con el que habíamos soñado tantas veces, que se cambiaron de ropa y nos fuimos a ser abducidas por esa gran ciudad.




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