Secret's {Historia corta de Justin Bieber}

Prólogo

— ¿Qué dió nena? —preguntó Justin acariciando el cabello de su esposa y esta sollozó negando. Inmediatamente supo la respuesta.

—Negativo—sollozó Emma pegando la prueba de embarazo en su pecho y Justin suspiró abrazándola. — ¿Por qué Justin? ¿Por qué no podemos tener un bebé? —preguntó dolida viéndolo y este negó con los ojos aguados. Él sabía muy bien la respuesta, pero aún no estaba listo para compartírsela. —No es justo...—sollozó viendo el negativo. Estaba harta de ver el mismo resultado una y otra vez. ¿Hasta cuándo seguiría así? ¿Por qué no podía quedar embarazada? ¡Había intentado todo, todo! Tanto su esposo como ella estaban completamente sanos; físicamente ella estaba en buena forma y lista para cargar un bebé sin ningún problema. Además de que estaba ovulando más de lo normal gracias a la medicación de clomifeno. Entonces, ¿Por qué no quedaba embarazada? ¿Por qué la vida seguía siendo injusta con ellos? Todo lo que quería y deseaba en este mundo era ser mamá; tener un pequeñín que correteara junto a su perro por toda la casa y que tuviera los hoyuelos de su esposo. Podía cerrar los ojos e imaginarse la escena; su esposo sería un buen padre y podía enseñarle a jugar futbol o a nadar como tanto sabia. Ella podría enseñarle a dibujar y a pintar; sería él bebé perfecto. Entonces, ¿Por qué la vida seguía siendo injusta con ellos? Llevaban dos años tratando, ¿Hasta cuándo seguirían intentándolo?

—Nena...—susurró Justin acariciando su cabello y esta lo miró. Odiaba ver el dolor en los ojos de su chico. El moría por ser papá; era uno de sus más grandes sueños y sabía que le costaba expresar como se sentía por miedo a lastimarla. Ella solo quería hacerlo feliz; quería darle un bebé que los uniera por el resto de la vida y lo hiciera sentir tan orgulloso. Sabía muy bien que él soñaba con ir al parque a pasear a un pequeñín y jugar a la pelota, llevarlo al museo de legos o al acuario. —No digas eso, tal vez aun no es nuestro momento...—su voz se quebró y esta negó llorando. ¿No era el momento? ¡Era el momento perfecto!

— ¡¿Y cuándo Justin?! ¿Dime cuando es nuestro maldito momento? —sollozó furiosa tirando la prueba y este negó acunándola en sus brazos dejando que llorara. Era eso lo que necesitaba y él iba estar ahí para ella; siempre. —Yo solo quiero ser mamá...—susurró y este asintió besando su cabeza una y otra vez.

—Lo serás preciosa, lo serás algún día—susurro él y esta lo miró. Justin acarició la mejilla de su chica y besó sus labios. —Vamos a tomarnos un descanso y volveremos intentarlo cuando estemos mejor ¿Sí? —pidió y esta asintió. Le dolía escuchar la desesperación de su chico en su tono de voz pidiéndole que pararan de intentarlo y sus ojos aguados; sabia lo doloroso que era para el ser fuerte por ambos.

—Está bien—respondió ella abrazándolo fuertemente y este sonrió limpiándose las lágrimas. Tenía que aprovechar este tiempo que estarían sin intentarlo para armarse de valor y confesarle a su esposa su mayor secreto.

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Editado: 15 de noviembre de 2022.