En esta historia creada por el grandioso autor Samu, los carismáticos miembros de Huevo derecho viviran una de las mayores aventuras hechas hasta ahora. Adéntrate en las profundidades de mi perversa mente.
La vida asocial del maravilloso equipo de huevo derecho iba tan "normal" como siempre, Pere seguía deseando la muerte a los veganos mientras alababa el capitalismo, Ethan continuaba subiendo historias depresivas a Instagram asegurando no tener miedo a la muerte y difundiendo el anarquismo, Izan continuaba empleando el onanismo como 'Daily Routine', y Samu seguía siendo la viva imagen de aquella persona a la que imitar y a la que tomas como ejemplo, en fin, poca cosa había cambiado, todos permanecíamos respirando y no se podía esperar mucho más de 4 amebas.
Como ya había comentado todo continuaba igual que siempre, y es que no hay mejor momento para meter un giro argumental que este mismo, por lo que Izan envió un mensaje a Samu.
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Después de esta fantástica conversación por lo que tendría que ser WhatsApp ambos fueron a la grandiosa plataforma de llamadas en directo 'Team Speak' . Samu ese día quedó anonadado debido a la fuerza que cogieron las palabras de Izan al decirle que era cierto, y que para su cumpleaños iba a invitar a todo el huevo derecho a Japón. En ese momento todo el right egg le lamió los cojones tan basto a Izan que se le calleron al suelo y los uso como bicicleta para pedalear hasta Benidorm y quedar con el grupo.
Ya estaba todo planeado, dentro de 2 semanas íbamos a ir todo el grupo a Japón con todos los gastos pagados solos durante 1 semana entera a empaparnos de la cultura japonesa y de sus cautivadoras mozas . Nada podía salir mal, los padres de Pere le habían dejado asistir a tal evento de semejante magnitud, una situación única. Lo mismo pasaba con Samu, todo parecía perfecto, y bueno,en el caso de Ethan sus padres sudan de él, así que el hecho de que este ocupando este fragmento del párrafo es puro relleno que ha decidido implementar el autor de esta increíble historia.
El día llegó, nuestros cuerpos no estaban suficientemente preparados como para poder soportar la gravedad que yacía en la Tierra aquél día. Izan, Pere y Samu habían quedado ese día a las 7:10 en la estación de tren. Izan y Samu llegaron puntuales, pero como es habitual Pere se retrasó considerablemente, y más si tenemos en cuenta que los jóvenes querían pillar el tren de las 7:35 para llegar a Alicante sobre las 8:45 y llegar al aeropuerto temprano para pillar el avión de las 11:30. Pere finalmente se presentó a las 8:00 con la excusa de la vieja confiable, y nunca mejor dicho, ya que nuevamente le echó la culpa a su madre. Al menos pudieron pillar el tren siguiente. Llegaron a alicante a las 9:15, una vez allí Ethan se reunió con el grupo y fueron todos hacia el aeropuerto con los cojones en la garganta. Por suerte el avión se retrasó y pudieron subir todos. A las 12:15 despegaron rumbo hacia Madrid. Izan y Pere se sentaron en la primera fila, y Samu y Ethan en la fila de detrás que tenían asignada. Los primeros se quedaron hablando durante las dos horas de trayecto del ahegao y memes animu. En cambio, estos últimos estuvieron hablando de ordenadores y mierdas informáticas que solo interesan a frikis.
Una vez en Madrid, los 4 se fueron a comer a un 'TGB' unas deliciosas hamburguesas. Cuando acabaron fueron directamente al aeropuerto de Barajas para pillar el vuelo definitivo a Tokio. El avión salió a las 17:30, esta vez Samu se sentó con Pere e Izan con Ethan. Al principio el bello de Samu estuvo conversando con la belleza nórdica de Pere, alias Perefuro, pero de nuevo demostró una gran superioridad en términos de sabiduría, ya que al rato se durmió para evitar el jet lag. Pere dio una contestación simple pero contundente frente aquella situación, soltó uno de sus "Oookey" y se puso a ver anime. Mientras tanto Izan y Ethan estuvieron hablando de la vida. Mientras Samu estaba durmiendo tuvo un fantástico y espeluznante sueño. Estaba en Japón, con una japonesa, perdiendo la virginidad en un hotel de Tokio,estaba pasando, ni el propio Samu podía creerlo, pero justo cuando escuchó un deseado kimochi, se despertó. Pere le estaba llamando, ya habían aterrizado.
